Nora Montero tenía 39 años, dos hijos, y una historia reciente y abierta de violencia de género: la que sufría a manos de su última pareja, quien acabó de darle muerte a puñaladas el miércoles al mediodía en una calle de Granadero Baigorria. Ahora surgen detalles previos al femicidio y el contexto en el que se produjo. La mujer había escapado hacía un par de semanas de la casa que habitaba en Maciel con José Alejandro Román, de 32 años. Lo había hecho por los malos tratos que recibía, según la denuncia que había radicado en esa comisaría. Se refugió en casa de su padre, en Granadero Baigorria, y allí Román la vino a buscar el miércoles para pedirle perdón y que lo acompañe hasta el hospital. Nora aceptó, y fue lo último que hizo.

Entre Juan Carlos Montero, padre de la víctima, y su esposa, Mónica Pared, con quien operan la radio FM La Fortuna, de Granadero Baigorria, contaron que Nora ya había realizado una serie de denuncias contra Román por violencia de género. Un informe advierte que el 1º de agosto ella lo había denunciado por amenazas con un arma en la Comisaría 24ª, de esta ciudad. 

Nora había logrado escapar de aquella relación violenta que se desarrollaba en una casa de Santiago al 900, en las afueras de Maciel, localidad situada 60 kilómetros al norte de Rosario. 

Nora Montero tenía 39 años y dos hijos adolescentes.
Nora Montero tenía 39 años y dos hijos adolescentes.

En la tarde de este miércoles, José Alejandro Román, se presentó en la casa paterna de Nora y pidió hablar con ella. Le pidió disculpas y le solicitó que lo acompañe hasta el hospital de la ciudad porque no se sentía bien. Nora accedió, subió al auto y en el regreso del centro médico empezó la discusión que terminó en el asesinato de la mujer. Nora alcanzó a descender del Renault Clío en Los Plátanos al 500, cerca de la cabecera del puente a Victoria, y Román también bajó y la tomó de atrás para apuñalarla tres veces. Testigos vieron cómo el hombre pateó dos veces el cuerpo ya herido de muerte de Montero, y volvió al auto para escapar. 

Fue uno de los hijos de Nora quien avisó a su abuelo que ella demoraba en regresar a casa, y fue Juan Carlos quien finalmente reconoció el cuerpo de su hija en la morgue. La Policía llegó así hasta la casa de Román en Maciel, y lo aprehendió.

La causa la tomó el fiscal Alejandro Ferlazzo que ordenó recabar el registro de cámaras de vigilancia tanto públicas como privadas y las que están sobre la avenida principal. Además el allanamiento de la casa en la localidad de Maciel.

Aquí, el relato de Juan Carlos Montero sobre el fatal desenlace, en declaraciones al portal El Urbano Digital: