Un total de 251 víctimas directas de femicidios fueron contabilizadas durante el 2020, de las cuales el 84 por ciento tenían un vínculo previo con su asesino, mientras que casi el 80 por ciento de los casos ocurrieron en un contexto de violencia doméstica, según determinó la Oficina de la Mujer (OM) de la Corte Suprema de Justicia.

El Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina estableció que el año pasado se registró uno cada 35 horas, que hubo un total de 251 víctimas directas en nuestro país. Del total de víctimas, 244 eran mujeres y seis eran mujeres trans/travesti, mientras que para la víctima restante no se ha podido establecer si se trataba de una mujer o de una mujer trans/travesti porque el cuerpo se encontraba carbonizado, aunque sí se notificó que era mujer.

Según el informe oficial la tasa cada 100.000 mujeres el año pasado fue 1,09 y la evolución de la distribución de femicidios directos se mantuvo relativamente estable entre 2017 a 2020.

Santa Fe entre las mayores del promedio de femicidios

Siete provincias tuvieron una tasa mayor que el promedio nacional: Jujuy (2,82); Tucumán (2,10); Chaco (1,97); Salta (1,53); Misiones (1,43); Santa Fe (1,38); y Corrientes (1,23). Aunque en algunas de ellas sucedieron pocos casos, el número es alto porque en la población de esos distritos hay menos mujeres.

Si se tienen en cuenta solo las cantidades en números absolutos, el año pasado el 37 por ciento de los femicidios directos de Argentina ocurrieron en la provincia de Buenos Aires, seguido por el 10 por ciento de los casos en la provincia de Santa Fe, ambas con una amplia población femenina.

La violencia doméstica se sintió en pandemia

En al menos el 84 por ciento de los casos había vínculo previo con el femicida: en el 59 por ciento eran pareja (116 casos) o expareja (51 casos); el 10 eran familiares y el 15 por ciento tenían otro tipo de vínculo (amigos, vecinos, conocidos por redes sociales, por trabajo, exalumnos, y también clientes prostituyentes y proxenetas).

Además, con el análisis de los vínculos entre víctimas y agresores, se observó que de 195 de las 247 causas judiciales de femicidios con víctimas directas, el 79 por ciento ocurrieron en un contexto de violencia doméstica.

De acuerdo a las estadísticas oficiales, la cantidad final de casos prácticamente no difirió entre 2019 y 2020, sino que lo que varió fue su distribución a lo largo del año. Es que en el informe se analizó la distribución de femicidios directos según las etapas de restricciones a la circulación por la pandemia y se comparó la distribución de casos en tres sub períodos de ambos años.

Una vez que se implementó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) del 20 de marzo hasta el 7 de junio de 2020 a nivel nacional, se incrementaron los casos en 37,5 por ciento respecto de igual período de 2019, aunque se aclaró que esa coincidencia no implicó necesariamente causalidad.

Cuando se dividió el territorio nacional en zonas de ASPO y de Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DISPO) a partir del 8 de junio hasta el 31 de diciembre (con algunas modificaciones), se produjo una caída del 8 por ciento respecto del año anterior, por lo que finalmente se observó la misma cantidad de hechos entre 2019 y 2020, solo que presentaron una distribución diferente a lo largo del año.

Por otra parte, el promedio de edad de las víctimas directas de femicidio fue de 37,9 años y del total de casos 24 eran niñas y adolescentes (de 0 a 17 años) y, en el otro extremo, 11 por ciento tenía 60 años o más al momento del hecho.

Sin embargo, el grupo etario con la tasa más alta fue el de 35 a 44 años (2,06 víctimas directas de femicidio cada 100.000 mujeres).

En tanto, el 74 por ciento de las víctimas directas de femicidio fueron asesinadas en viviendas, esto es, casi 3 de 4 víctimas: el 40 por ciento en la vivienda que compartían con el femicida, el 23 en su propia vivienda, el 7 en la vivienda del agresor, y el 4 en otro inmueble.

Las víctimas directas de femicidio fueron asesinadas principalmente mediante la fuerza física (32 por ciento), el uso de armas blancas (26) y el uso de armas de fuego (18%).

Luego de cometer el hecho, 38 asesinos (14 por ciento) se suicidaron inmediatamente y 3 más lo hicieron de manera posterior (15 por ciento del total).

Además, de acuerdo al informe de la Corte, al menos siete violentos pertenecían a las fuerzas armadas y/o de seguridad: cinco a la Policía provincial, uno al Ejército, y uno sin datos sobre la fuerza a la que pertenecía.