La pregunta por la identidad de género, que por primera vez se hará en el censo de este año en la Argentina, es una victoria para los colectivos LGBTTTNB+ del país. Viene a saldar, además, una deuda con las organizaciones que durante todos estos años aunaron esfuerzos por registrar a sus comunidades.

El cuestionario del Censo Nacional 2022 introduce algunos cambios en relación a otros relevamientos, que tienen que ver con el sexo registrado al nacer, identidad de género, pueblos originarios y afrodescendientes.

- Sexo e identidad de género: se pregunta a todas las personas el sexo registrado al nacer (incluyendo la categoría “X”).

- Identidad de género. Se pregunta cómo se considera/autopercibe (“mujer”, “mujer trans/travesti”, “varón”, “varón trans/masculinidad trans”, “no binario”, “otra identidad/ninguna de las anteriores”).

- Pueblos originarios: se pregunta a todas las personas si se reconocen indígenas o descendientes de pueblos indígenas u originarios, aclarando el pueblo y, además, si habla y/o entiende la lengua de ese pueblo declarado.

-Afrodescendientes: todas las personas deben responder si se reconocen afrodescendientes o de antepasados negros o africanos.

Sexo e identidad de género, algunas de las innovaciones del Censo 2022

Cómo se llega a la pregunta por la identidad de género

En el censo del 2010 se realizó la pregunta dicotómica que arrojaba como opciones si la persona censada era varón o mujer. Fue un paso importante: se detallaba que no importaba lo que las personas censistas opinaran, se debía respetar lo que la cada quien respondiera. Así lo indicaron fuentes cercanas al proceso censal. En instancias anteriores a 2010, en cambio, los censistas marcaban por observación la opción que “creían” adecuada.

Esta pregunta se aplicó en 2010 a la totalidad de la población y arrojó como resultados más de diecinueve millones y medio de varones (19.523.766) y más de veinte millones y medio de mujeres (20.593.330), según datos del INDEC.

El censo de este año, que se demoró dos a causa de la pandemia, no podía ignorar la historia: la Ley de Matrimonio Igualitario (2010) y la Ley de Identidad de Género (2012).

Muchos estudios demográficos, base de las muestras y encuestas posteriores a los censos, se basan en la variable de sexo binario. Por lo tanto, cómo incorporar la pregunta por la identidad de género fue un debate al interior del proceso censal. Así se definió continuar con la pregunta por el “sexo” agregándole “asignado al nacer”, que permite establecer una comparabilidad con los resultados de censos anteriores. A ella se le suma, luego, la pregunta por la identidad de género.