Miles de mujeres salieron este sábado a las calles de Washington y de otras 600 ciudades del país para reclamar una mayor defensa del derecho al aborto en Estados Unidos, que se ha visto desafiado este último mes tras la entrada en vigor de una cuestionada ley de Texas, que prohíbe la interrupción del embarazo después de seis semanas.

"Las mujeres (...) deberíamos poder decidir qué hacer con nuestros propios cuerpos, punto", opinó Laura Bushwitz, una maestra jubilada que participaba de la protesta en la capital estadounidense, según reportó la agencia de noticias AFP. "Estoy cansada de que me digan lo que puedo o no puedo hacer. ¿Escuchaste eso, Corte Suprema?", sentenció.

Esta nueva edición de la Marcha de las Mujeres, cuya primera convocatoria se hizo en 2017 para protestar contra la asunción del expresidente Donald Trump, un hombre con múltiples denuncias de abuso y acoso sexual, es la primera gran manifestación que vive el país desde la entrada en vigencia el pasado 1 de septiembre de la ley de Texas, luego que la Corte Suprema rechazara bloquearla pese a ser contraria al histórico fallo de Roe vs Wade, que en 1973 despenalizó el aborto en el país.

Desde entonces, interrumpir legalmente un embarazo es casi imposible en Texas, pero el Gobierno federal del demócrata Joe Biden emprendió una batalla judicial y legislativa para intentar revocar la medida y garantizar la protección del acceso al aborto en todo el territorio.

Ante este contexto, unas 200 organizaciones llamaron a los defensores del aborto legal a clamar por su defensa en las calles del país este sábado, a dos días de la reanudación de las audiencias en el máximo tribunal.

La marcha principal tuvo lugar en Washington, donde miles de personas caminaron hacia la sede de la Corte Suprema, que hace 48 años atrás reconoció el derecho al aborto con la sentencia de Roe vs. Wade.

Sin embargo, la protección de este derecho por el máximo tribunal se ha visto amenazado luego que Trump nombrara tres jueces en el máximo tribunal y elevara la mayoría conservadora a seis magistrados de los nueve totales, algo que envalentonó a los sectores antiaborto y alarmó a sus defensores.

La Corte no solo se negó a intervenir de urgencia para bloquear la ley de Texas, sino que en diciembre podría aprovechar la revisión de una ley restrictiva del estado de Misisipi para cambiar su jurisprudencia.

La Marcha de las Mujeres también estuvo presente en las capitales de esos estados sureños, unos de los más hostiles al aborto, pero también en otras 600 ciudades.
En total, unas 240.000 personas se movilizaron en todo el país, según señalaron los organizadores, integrados por pequeños grupos feministas pero también grandes organizaciones como Planned Parenthood, que promueve la planificación familiar.

"Luchamos para que el aborto no sólo sea legal sino también accesible y sin estigmas", afirmaron en un comunicado los organizadores, que piden al Congreso consagrar el derecho al aborto en una ley federal a fin de protegerlo de una posible reversión en la Corte Suprema.

La mayoría demócrata en la Cámara de Representantes logró aprobar hace una semana un proyecto legislativo en ese sentido, pero tiene pocas posibilidades de avanzar en el Senado, donde la bancada oficialista necesita votar en bloque, algo poco probable en este tema.

"Este año estamos unidos", dijeron los organizadores de las marchas. "Volvemos a las calles por primera vez en la era Biden porque con el cambio en la oficina presidencial no se terminó el deseo politizado, perverso y patriarcal, de controlar nuestros cuerpos", agregaron en alusión a la llegada del demócrata a la Casa Blanca, que no cambió la dinámica a nivel de los estados.

Si la Corte anula la sentencia del caso Roe vs. Wade, todos los estados quedarían libres para prohibir o permitir los abortos. Así 36 millones de mujeres en 26 estados, o casi la mitad de las mujeres estadounidenses en edad reproductiva, probablemente perderían el derecho a abortar, según un informe de Planned Parenthood publicado el viernes.