En 66 décimas de segundo, Google arroja 10.100.000 resultados resultados para la búsqueda “ESI Argentina”. El número aumenta año tras año y no es casualidad. La educación sexual es inevitable, aún cuando muchos intentan evitarla. En la Argentina, la ESI no es una opinión ni una ideología, es una política pública. Al menos, debería serlo. 

Del 26 al 30 de agosto se desarrolla la Semana de la Educación Sexual Integral (ESI) en la provincia de Buenos Aires y a 14 años de su sanción aún muchas escuelas no se han adaptado a la norma vigente. La correcta implementación de la ley 26.150 es un reclamo constante en alumnos y docentes. 

Mariela Degano, Licenciada en Educación para la salud (UNR), Posgraduada en Sexualidades y Discapacidad (UGR) y Diplomada en Educación Sexual Integral (UNSAM), aseguró en diálogo con Sí 98.9 que "la resistencia se debe a pensar que la Educación Sexual tiene que ver sólo con la genitalidad, con el género".

En ese sentido, apuntó contra los "discursos que se han instalado y nos han hecho tanto mal". La ESI aborda cinco ejes: cuidar el cuerpo y la salud, valorar la afectividad, garantizar la equidad de género, respetar la diversidad y ejercer los derechos.

"La ley nos propone dos características que son elementales: la universalidad y la transversalidad", considero la especialista. Pese a que la iniciativa esta completada para todos los niveles, desde inicial hasta superior, Degano hizo hincapié en las infancias: "Si pensamos en las infancias allí tenemos el cuidado del cuerpo, las relaciones afectivas, cómo nos vinculamos, el respeto, que todos pensamos distinto, que tenemos distintas corporalidades, el cuidado y la higiene de ese cuerpo. Son enseñanzas de conductas y habilidades que son importantísimas para la vida, sobre todo en la niñez". 

En comunicación con Ponele que Sí, la licenciada resaltó también la importancia de que la ESI sea "pensado como un proyecto institucional". "Si en la escuela no está comprometido y afectado desde la persona que te abre la puerta hasta que el cuerpo directivo, las familias, los estudiantes, no funciona. La ESI no funciona como isla, como una charlita anual, cuando aparece como una actividad aislada".

"Hasta que no se haga un click de que es entre todos y entre todas, no funciona ni se sostienen en el tiempo. No podemos lograr ESI en las escuelas trabajando en forma solitaria. Hay que pensar en lo interdisciplinar, acompañarnos, sostenernos, para que esto realmente funcione", argumentó.

Sin embargo, se mostró optimista. Para Degano "la ESI ha permeado otros territorios sociales". "En estos momentos hay más dificultades para implementarla en las escuelas que en los clubes, los centros de salud, las bibliotecas. La ESI, como instrumento educativo y político, se ha instalado en muchos territorios", aseveró. 

Por último, apuntó contra ciertas escuelas y sus materiales para dar Educación Sexual Integral. "Los cuadernillos de "Educación para el amor" no amplían derechos, los cercenan. Cuando le decimos a un adolescente que tiene que casarse y tener hijos, estamos justamente adoctrinando con una educación que tiene que ver con lo moralista", sentenció.