El 30 de octubre de 2014, cuando el cuerpo de Franco Casco apareció flotando en el río, luego de casi un mes de búsqueda, se mencionó al caso como “el Luciano Arruga rosarino”. A casi un año del hallazgo sin vida del joven de Florencio Varela, la muerte de Gerardo Escobar fue apuntada como “el nuevo Franco Casco”. 

Las similitudes entre lo ocurrido a Casco y lo que ahora le pasó a Escobar son muchas. Ambas víctimas eran jóvenes, al desaparecer muchos se movilizaron en su búsqueda, en ambos casos se analizaron pistas falsas y, coincidentemente, el final fue el más triste: se los encontró muertos. Y un dato no menor: ambos cuerpos sin vida aparecieron en el río Paraná.

Dos jóvenes trabajadores, que la peleaban desde abajo

Según comentó en su Facebook un  maestro de Escobar en la escuela primaria, el joven no tuvo una vida fácil. A los pocos días de nacer, la madre de Gerardo tuvo que pelear por la tenencia de su hijo, que finalmente le fue otorgada. Por la situación económica de su hogar, el joven tuvo que dejar los estudios y comenzar a trabajar desde chico. “El año pasado te me apareciste en la escuela a saludarme, estabas contento, me contaste que estabas trabajando en Parques y Paseos, que te iban a ascender y que querías seguir estudiando”, declaró Sergio, en su emotivo mensaje en las redes sociales.

Franco Ezequiel Casco viajó a Rosario para visitar a su tía y primos que viven en el barrio Empalme Graneros. El joven, que vivía en Florencio Varela, trabajaba como ayudante del albañil y tenía un hijo de apenas 3 años. Con tan sólo veinte años, sin ningún antecedente policial, Franco fue detenido en la comisaría séptima y luego de no saber nada de él por varias semanas, su cuerpo sin vida apareció en el río.

Familiares y amigos en la búsqueda

La desaparición de Franco Casco generó una importante movida para encontrarlo. Su familia vino de Buenos Aires a buscarlo, la madre habló con los medios mostrando su foto y pidiendo información. Hubo incluso marchas en Tribunales. De la misma manera, en la semana que pasó sin tener noticias suyas, familiares y amigos de Gerardo Escobar lo buscaron por cielo y tierra. Hubo también movilizaciones. Incluso el sindicato de municipales, al que estaba afiliado el joven, hizo una campaña de afiches

El mismo triste desenlace

El final de Franco y Gerardo fue el mismo, ambos aparecieron luego de varios días flotando en el río. En el caso del oriundo de Florencio Varela, el lugar donde fue hallado el cuerpo fue en las inmediaciones al parque España. Había pasado casi un mes de la última vez que lo habían visto con vida. En cambio, al cadáver del empleado de Parque y Paseos se lo encontró en la zona franca boliviana. A una semana de que hubiera ido a bailar con unos amigos.

El agua no tuvo la culpa

Si bien en un primer momento se especuló con la posibilidad de que hubiera muerto ahogado, la autopsia de Franco Casco determinó que no fue así. Fue difícil realizar los exámenes por el grado de descomposición del cuerpo. A partir de una muestra de la sangre de Casco, se pudo determinar la no presencia de diatomea en sangre, un alga cuyos vestigios aparecen en el organismo cuando una persona fallece por ahogamiento. Este estudio fue solicitado por la defensa a la cátedra de Biología Marina de la Universidad de Buenos Aires.

En el caso de Escobar, los primeros resultados de la autopsia demostraron que “no es posible determinar la causa básica de la muerte por lo que se define como indeterminada a la espera de los resultados de los estudios solicitados que permitan realizar un diagnóstico más preciso”. La Fiscalía plantea que hay que esperar para tener certezas. Sin embargo, el defensor general Gabriel Ganón planteó que “el chico no murió ahogado y tenía golpes”.

Pistas que no llevaron a ningún lado

Cuatro días antes de que Franco apareciera en el río, integrantes de la Dirección provincial de asuntos internos tomó declaración de un pastor y sus empleados, los cuales habían reconocido a Casco como el joven que había ido a pedir ropa y comida el domingo 26 de octubre de 2014. En aquella ocasión, el secretario de control de la policía, Ignacio Del Vecchio, había afirmado que al joven se lo había visto en la terminal de ómnibus. 

El jueves 20 de agosto, un chofer de la línea de colectivos 103 declaró en Fiscalía que Gerardo Escobar habría subido a su unidad en el centro de la ciudad y habría descendido en la zona de 27 de Febrero y Paraguay, aproximadamente a las 6.20 de la madrugada del viernes pasado. De la observación de las grabaciones del domo de 27 de Febrero y Corrientes se pudo apreciar a un joven que abordaba un taxi. Se identificó al conductor del mismo, prestó declaración en la Fiscalía y afirmó que la persona que trasladó fue al centro a trabajar y no se trataba del empleado público desaparecido.

La gran diferencia (por ahora)

El último dato que se tuvo de “Pichón” Escobar fue que se retiró del bar “La Tienda”, ubicado en Tucumán al 1100, en la madrugada del viernes 14 de agosto. Las grabaciones del local nocturno muestran que Gerardo salió del lugar y se dirigió hacia la esquina de Sarmiento y Tucumán. La fiscalía está tratando de identificar qué es lo que sucedió cuando el joven salió del plano de las cámaras de videovigilancia del boliche.

El caso de Franco fue diferente porque la última información que se registró del joven fue que Casco estuvo detenido en la comisaria séptima cuando debía regresar a su casa en Florencio Varela. A pesar de que el acta oficial muestra que Franco había sido liberado la noche del 7 de octubre, 23 días más tarde lo hallaron sin vida en el río, frente al Parque España.