El futuro de los biocombustibles ganó la agenda política de una manera intensa en el último mes a poco de vencer el actual régimen de promoción que data del año 2006, momento en que todo se creó. Pero de aquella Génesis pasaron quince años, el mercado se fortaleció, algunos que requieren empujones para la industria ya no lo requieren y con eso se llegó a esta instancia: prórroga o nueva ley.

Cuando todo indicaba que se prorrogaría el régimen actual, incluso con media sanción del Senado, el kirchnerismo encabezado pro el santafesino Marcos Cleri ladero de Máximo Kirchner, irrumpió con la idea un nuevo proyecto de ley para ser aprobado antes del 12 de mayo próximo cuando caiga la normativa actual, y dejó a todo el sector agitado.

Se lo vendió como un proyecto propyme, que le quita poder a las grandes aceiteras que venden el aceite de soja a las pymes para fabricar biodiesel, pero también producen el biocombustible para exportarlo. Incluso, comentaron a Rosarioplus.com fuentes del sector, que de manera encubierta tienen lazos accionarios en pymes y así distorsionan el mercado.

Con todo esto, este viernes comenzó a girar el nuevo proyecto que establece un régimen hasta el 2030 con prórroga de hasta cinco años, y en la semana se comenzaría a evaluarlo en una discusión que se agitó en las últimas semanas porque una gran parte del mercado no lo acepta y quiere la prórroga.

Es el caso de los gobiernos de Córdoba, productora de bioetanol a base de maíz para cortar las naftas, y el de Santa Fe, principal productora de biodiesel. La liga de provincias azucareras que producen bioetanol aceptan la ley, al igual que las cámaras empresarias del biodiesel santafesino apoyan el proyecto fogoneado por Máximo Kirchner y los diputados peronistas santafesinos.

“El objetivo es preservar y fortalecer las economías regionales y las fuentes laborales, seguir cuidando el ambiente y, a la vez, evitar que un aumento significativo de los commodities impacte en el precio del litro de nafta y de gas oil, resguardando la macroeconomía y el modelo de desarrollo integral de la Argentina que venimos impulsando”, destacó Cleri.

El detalle

La iniciativa establece que el gasoil debe tener un corte mínimo de biodiésel del cinco por ciento (actualmente es el 10%), pero la Secretaría de Energía de la Nación podrá elevarlo sin límites o reducirlo hasta un piso del 3% cuando el incremento de insumos básicos pueda impactar en el precio final en el surtidor. En el caso del corte de bioetanol para las naftas se mantiene en el 12%. Este segmento se compondrá en partes iguales de bioetanol de caña de azúcar y de maíz.

Las productoras o destiladoras de hidrocarburos, es decir, las petroleras, no pueden ser titulares ni tener participación fabricantes de biocombustibles. Las que produzcan biodiésel para el mercado interno no podrán exportar. Y los que exportan, que son unas siete cerealeras a partir de un acuerdo durante la administración de Mauricio Macri, no podrán estar en el mercado interno.