El buque de investigación oceanográfica ruso Yantar, la última embarcación internacional que estaba afectada a la búsqueda del ARA San Juan, puso fin a su participación en el operativo desplegado para hallar el submarino.

El Yantar partió en las últimas horas con destino al puerto uruguayo de Montevideo para cargar combustible, luego hará tareas de reabastecimiento en Buenos Aires, y ya no regresará al área en la que se trata de localizar la embarcación desaparecida el 15 de noviembre último con 44 tripulantes a bordo.

Jorge Kuznetzov, cónsul honorario de la Federación Rusa en la ciudad de Mar del Plata, confirmó este mediodía a Télam que "efectivamente el Yantar terminó oficialmente su participación", por decisión del gobierno de Vladímir Putin.

La novedad había sido comunicada por las autoridades de la Armada Argentina a los familiares de los tripulantes que recibieron su parte diario durante la mañana, en la Base Naval marplatense, según relataron ellos mismos.

"Nos dijeron que se va a Uruguay y después va a Buenos Aires, pero que ya no vuelve más al área de búsqueda", dijo a Télam Malvinas Vallejos, hermana del suboficial Celso Oscar Vallejos, uno de los marinos del San Juan.

Tras conocer estas novedades en el día 137 de la desaparición del buque, los familiares de los tripulantes intentaron que el presidente Mauricio Macri los recibiera en el Golf Club de Playa Grande, donde el mandatario jugó este lunes, antes de regresar a Buenos Aires, luego de unos días de descanso en la residencia de Chapadmalal. 

Malvinas Vallejos y Andrea Mereles, mujer de Ricardo Gabriel Alfaro, esperaron al primer mandatario en la sede del golf marplatense, y pidieron al personal de seguridad que le comunicara su intención de hablar con él, pero no pudieron hacerlo, según relataron.

"Fuimos respetuosamente y lo tuvimos a dos metros, pensamos que iba a atendernos cinco minutos. Pero su respuesta fue ignorarnos y se fue en helicóptero", dijo Vallejos.

La intención de los familiares, según detallaron, era pedir que el Gobierno contratara directamente a la firma estadounidense Servicios Electrónicos Acuáticos (SEA), que cuenta con tecnología para barrer el lecho marino hasta 4.500 metros de profundidad.