El Club Atlético María Madre de La Lata, como le llaman sus propios integrantes, celebrará este viernes un año de muchos logros, con la graduación de los primeros alumnos del EEMPA, más de 90 adolescentes y niños deportistas, y la próxima compra de un terreno para cumplir el sueño más ambicioso: la canchita propia.

Este predio que reúne a los niños y adolescentes de villa La Lata y sus familias desde hace dos años, despedirá el año desde las 19.30 en la parroquia María Madre de Dios, de Amenábar y Paraguay, con una muestra de todos los talleres y la entrega de trofeos a todas las categorías del club. Habrá grupos musicales, buffet, y la entrada es “libre y gratuita para que otros rosarinos se acerquen a conocer todo lo que se trabajó para que los chicos tengan una infancia plena, lejos de la droga y el delito”, contó el coordinador Lucas Grivarello a Rosarioplus.com.

Un año atrás él mismo relataba que los adolescentes desarmaron un basural y crearon un cantero frente a la parroquia, y el proyecto, que comenzó con un centro de vida contra las adicciones, se transformó en la escuelita de futsal que hoy es una realidad con “tres categorías que participan en la Asociación Rosarina de Futbol de Salón, y el año próximo se agregarán las categorías reserva y primera para los chicos de 16 a 18 años que ya cuentan con entrenador”.

Como todo lo que cuenta con muchas voluntades crece y se transforma, detrás del cantero que antes era un basural ahora hay un mural colorido que recuerda a Martín Reyna de 17 años, que falleció en Villa Moreno herido de bala en mayo pasado, y fue pintado por sus amigos del club.

Además del futsal los chicos participaron este año de otros deportes como hockey femenino, ping pong y tae kwon do, y los talleres de percusión, guitarra, danza, apoyo escolar, cocina, terapia ocupacional y talleres de oficio ya que muchos no terminaron el secundario, generando pertenencia e identidad, empoderándolos con las actividades, para que aprendan del esfuerzo, la disciplina y tengan contención a pesar de las dificultades económicas.

Los tres ejes en los cuales asegura que trabajan son cultura, educación y deporte, o "como le llama el padre Gonzalo Carbone: club, colegio y capilla, y contra las tres c de la exclusión: consumo crimen cárcel".

Entusiasmado con el futuro cercano del club, Lucas adelantó que “antes de fin de año probablemente esté aprobada la primera instancia para el subsidio del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para comprar el terreno de Corrientes y Amenábar, donde hay una estación de servicio abandonada, y donde después se desplegará gloriosa la canchita”. Mientras tanto los chicos se conforman entrenando en el gimnasio cubierto de la Escuela Padre Claret.

Al comienzo los chicos jugaban con sus propias zapatillas, porque era imposible comprar botines. Pero jugadores de su misma edad de futsal del Jockey Club de Rosario decidieron donarles un monto de dinero con el que todos pudieron jugar en igualdad de condiciones que los demás clubes de la ciudad. El dinero iba a ser un premio para el mejor alumno de los chicos del Jockey, y al no decidirse y pensar bien quiénes realmente podían necesitar el dinero, fueron los chicos de La Lata los beneficiados que ahora patean como corresponde la pelota.

Entre docentes en los talleres, padres comprometidos y entrenadores, son 80 los colaboradores para que el proyecto crezca a la par de los chicos. “sea cocinar para vender un locro o trasladar a los chicos a otros clubes durante el torneo, es impresionante la colaboración de los padres para que funcione todo”, destacó Grivarello.