El comienzo de clases se hace difícil para todos los sectores y los más vulnerables son los que se ven seriamente perjudicados a la hora de conseguir las herramientas adecuadas para que los chicos puedan seguir formándose y yendo al colegio. Ante esta realidad que golpea a buena parte del Gran Rosario, surgió una campaña que busca beneficiar a mil chicos.

La asociación civil Ojitos Felices de Villa Gobernador Gálvez lanzó la movida bajo el nombre “Proyecto mochis”. La misma propone un compromiso persona a persona a través del cual cada mochila con útiles que se entregue vaya dirigida a un niño con nombre y apellido y contenga los elementos que él necesita. Los beneficiados serán niños de barrios humildes que ya fueron relevados.

Para participar hay que enviar un mail a ojitosfelicesvgg@hotmail.com (con un teléfono de contacto), y los colaboradores responderán con el nombre de un niño destinatario y los útiles que deberá incluir en la mochila. El domingo 24 de febrero de 10 a 13 será el día en que se reciban todas las mochilas en la terraza del Mercado del Patio.

Todos pueden colaborar

Por fuera de la misión de las “mochis”, la activista María Angélica Maccagno aclaró en diálogo con Rosarioplus.com que “todos los que quieran pueden llevar útiles sueltos ese día, ya que con los útiles que recibimos, armamos más mochilas, en caso de que no lleguemos a poder asignar”.

La mochila debe estar en perfectas condiciones, puede ser nueva o usada, pero limpia y en buen estado. Debe incluir los elementos sugeridos en la lista enviada en el mail de acuerdo al ciclo lectivo del niño asignado.

El domingo de carnaval, previo a la semana de regreso a clases, cada chico recibirá la mochila de la mano de sus padres, para que sea un regalo de ellos aunque no hayan podido comprarlo.

Cientos de pibes contenidos

Ojitos felices asiste a 270 chicos en su comedor. “El proyecto comenzó en 2018 sólo para nuestro comedor, y como vimos más respuesta de la gente que donaba, nos conectamos con otros tres comedores. Las campañas fueron creciendo por la respuesta de la gente y la demanda también, y así a mitad de año juntamos ropa y zapatillas para que los chicos vayan abrigados al colegio, y llegamos a 600, y para navidad llegamos a mil chicos. Así que el desafío ahora es conseguir mil mochilas para todos estos chicos”, recordó María Angélica.

El concepto que buscan desde la asociación civil es “de respetar a la criatura de no ponerlo en lugar de vulnerabilidad, de sentirse inferior a nadie. Se consigue la mochila, se la damos al padre y él a la criatura. El relevamiento lo tenemos nosotros, de qué necesita cada uno, si remera o guardapolvo y qué útiles para la mochila para que la gente la arme”.

De esta manera, el merendero es un eje que nuclea las necesidades de cada momento del barrio. “Almuerzan tres veces por semana y comen unas 300 personas, sin ayuda estatal de ningún tipo”.