El mundo árabe y musulmán y los aliados europeos de Estados Unidos condenaron este miércoles la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y advirtieron sobre las tensiones que pueda acarrear en Medio Oriente, donde cientos de musulmanes protagonizaron ya las primeras protestas contra el anuncio.

El anuncio de Trump, recibido con profundo agradecimiento en Israel y gran irritación en Palestina, también fue criticado por el papa Francisco, quien expresó "profunda preocupación" por el futuro status de los lugares sagrados cristianos, musulmanes y judíos que contiene Jerusalén.

Egipto, uno de los principales socios de Washington en la región y el único país árabe que, junto con Jordania, tiene un tratado de paz con Israel, dijo que "este tipo de decisiones unilaterales supone una transgresión de las resoluciones internacionales legítimas" y manifestó "gran preocupación por las posibles consecuencias" para la estabilidad de Medio Oriente.

El rey Abdullah II de Jordania, cuyo país tiene la custodia sobre los lugares santos musulmanes en Jerusalén, dijo que le manifestó sus preocupaciones a Trump en una llamada telefónica mantenida ayer, en la que recalcó que ignorar los derechos de los palestinos musulmanes y cristianos en Jerusalén "sólo alimentará el extremismo". 

El monarca habló luego de mantener una reunión en Turquía con el presidente Recep Tayyip Erdogan, quien también condenó fuertemente la decisión e invitó a los líderes de los países de la Organización para la Cooperación Islámica (COI) a celebrar una reunión la semana próxima para discutir los pasos a seguir.

La iniciativa de Trump, anunciada cuando ya anochecía en Medio Oriente, desató ya protestas que se teme escalen en los próximos días. En el Líbano, cientos de refugiados palestinos se manifestaron contra la decisión en campamentos de Beirut, la capital, y del norte del país, mientras que unos 2.000 estudiantes hicieron lo propio en la sureña ciudad de Tiro, informó la agencia de noticias estatal ANN.

En Turquía, cientos de personas salieron a las calles para protestar cerca de misiones diplomáticas estadounidenses en Ankara y Estambul. En tanto, en Jordania, también hubo protestas en Aman y otras ciudades del país, y la embajada estadounidense en la capital suspendió temporalmente sus servicios públicos rutinarios por temor a posibles incidentes durante las manifestaciones.

Arabia Saudíta, una potencia sunnita regional y un aliado que Estados Unidos necesita para sacar cualquier acuerdo de paz en Medio Oriente, se opuso a la decisión de Trump y dijo que podría "provocar los sentimientos de los musulmanes en todo el mundo".

Desde Roma, al término de la audiencia general de hoy, el papa Francisco lanzó un fuerte llamado para que se respete el status quo de Jerusalén, conforme a las resoluciones relativas de Naciones Unidas, recordando que es una ciudad única, sagrada para los judíos, los cristianos y los musulmanes.

En clara referencia a la cuestionada decisión de Trump -pero sin mencionarla-, el Papa manifestó su "profunda preocupación por la situación que se ha creado en los últimos días" y rezó para que "prevalezca la prudencia para evitar nuevos elementos de tensión a un panorama mundial ya convulsionado".

El secretario general de la ONU, António Guterres, reaccionó también al anuncio de Trump para dejar claro que el estatus final de Jerusalén debe ser resuelto en negociaciones directas entre Israel y los palestinos, y recalcó la necesidad de avanzar hacia la solución de dos estados.

La UE también expresó su "grave preocupación" por la decisión de Trump y "las repercusiones que esto puede tener en las perspectivas de paz", indicó la alta representante comunitaria para la Política Exterior, Federica Mogherini, en un comunicado. Desde Argel el presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó de "lamentable" la decisión de su colega estadounidense e instó a todas las partes a la calma y a la responsabilidad para "evitar la violencia a toda costa y favorecer el diálogo".

Incluso un aliado fiel de Washington como el Reino Unido también criticó la medida y calificó de "poco útil" para la paz la decisión de Trump. La primera ministra británica, Theresa May, explicó además que el Reino Unido mantiene Tel Aviv como base para su embajada en Israel y "no tiene planes de trasladarla", al tiempo que defendió que el futuro de Jerusalén "debe determinarse en un acuerdo negociado entre israelíes y palestinos".

Tampoco Alemania, tal como expresó la canciller Angela Merkel, comparte la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel al considerar que el estatus de la ciudad "debe negociarse en el marco de una solución de dos Estados".