En una nueva reunión llevada adelante este lunes en la Comisión de Ecología del Concejo para debatir el futuro del megaproyecto privado en el microcentro de la ciudad, se hizo presente un especialista que expuso sobre la necesidad de tener en cuenta el factor del ruido, algo que no se tuvo en cuenta en el estudio previo.

El ingeniero Federico Miyara cuestionó el estudio de prefactibilidad ambiental del proyecto denominado Manzana 125: “El problema del ruido es soslayado y relegado a un aspecto menor”, señaló al tiempo que remarcó que la construcción proyectada llevará  entre 5 y 6 años y significará “una fuerte molestia para los vecinos”.

Además, Miyara analizó el impacto vehicular en la zona luego del período de construcción. “No se prevén barreras acústicas, ni otras medidas de mitigación como trabajo con máquinas de corte, y de impacto en obradores insonorizados, así como la prohibición de uso de radios y otros aparatos electroacústicos amplificados”, explicó.

Entre las especificaciones técnicas, el especialista cuestionó que el anteproyecto “tampoco tiene en cuenta las ordenanzas vigentes” y las normas Iram. En este sentido, agregó que en el estudio de impacto ambiental “no se tuvieron en cuenta la utilización de un calibrador acústico”.

En este contexto, el Concejo de Rosario  deberá definir pronto el destino del megaproyecto privado que busca construir tres edificios de gran altura, un paseo comercial y cocheras subterráneas en el microcentro de la ciudad. Desde la comisión de Ecología dieron el ultimátum de un mes para definir si se hace o no.