El Senado de Brasil aprobó el decreto del presidente Michel Temer que determinó una intervención federal en la seguridad pública de Río de Janeiro, que pasa a manos del Ejército hasta finales de 2018.

Con la aprobación en pleno del Congreso Nacional, ya que la Cámara baja también lo había hecho por amplia mayoría, la disposición decretada queda oficializada y desde ya cuenta con aval completo para regir.

La intervención cede a los militares el control para acabar con la ola de violencia que desangra a ese estado desde hace meses y que el año pasado causó 6.731 muertes, entre las que se cuentan las de más de 100 policías y diez niños alcanzados por las llamadas "balas perdidas".

El senador Eduardo Lopes, del conservador Partido Republicano Brasileño (PRB) y que fue relator del decreto de intervención, defendió la medida y reconoció que la intervención es un acto excepcional que "no puede ser banalizado".

"Sabemos que esta no es (una problemática) exclusiva de Río de Janeiro. Hay altos índices de violencia en otros estados, pero sin duda la situación de Río repercute mucho más, tanto en el país como internacionalmente", enfatizó.