Cada 4 de septiembre se celebra en Argentina el Día del Inmigrante, según lo establecido en el Decreto 21.430 del año 1949, por el General Juan Domingo Perón. Los postulados de sostenimiento de la inmigración como motor social y económico del desarrollo nacional fueron una constante variable poblacional hacia comunidades que requerían la receptividad en el país.

La doctrina Peronista puso el eje en la población migrante para lograr una amalgama externa - interna y reabrir procesos poblacionales, étnicos y económicos, sustanciales para el desarrollo productivo.

Fue el propio Perón quien puso en valor la necesidad de la apertura de nuestro país al mundo creando la Dirección Nacional de Migraciones para darle un sentido institucional a una corriente migratoria amparada por la Constitución Nacional, afianzada por la costumbre local de recepción de extranjeros y readecuación de flujos provinciales generando la migración interna.

Nuestro país cuenta con bases demográficas poblacionales y migratorias fundadas en la igualdad ante la ley, el principio de no discriminación receptada del ordenamiento internacional, y la política de puertas abiertas para darle más capacidad receptiva para países de estas latitudes, recibiendo fundamentalmente flujos migratorios europeos colapsados por la postguerra.

Fue de esa forma el principio del ordenamiento institucional para esta corriente de migrantes que debían regularizar sus derechos para hacer crecer en todo aspecto la sociedad Argentina. Fue Juan Domingo Perón quien alentó esta política institucional y social para la verdadera integración.

Hoy poco de ello ha quedado. El actual gobierno abandonó la política de puertas abiertas generada por Perón y profundizada por Néstor Kirchner con la reforma a la Ley Videla y promulgando la ley 25871, ley reconocida a nivel trasnacional como una ley modelo para la región con pleno reconocimiento del derecho humano a Migrar, reconociendo el andamiaje Constitucional de política de puertas abiertas y sobre todo generando un impulso productivo, generacional y de integración regional atendiendo las nuevas corrientes migratorias regionales.

Los dichos del candidato a Vicepresidente, Miguel Pichetto, teñidos de violencia social, xenofobia y racismo, atentan contra ese andamiaje histórico político, legislativo iniciado por la Constitución Nacional, el reconocimiento y la valorización de Perón y reformuladas legislativamente por Néstor Kirchner.

Declaraciones como las Pichetto y la política migratoria encabezada por el presidente Mauricio Macri no hacen otra cosa que socavar la historia, las instituciones democráticas, estigmatizar a un sector poblacional, joven pujante, que aporta al PBI como ningún otro sector y profundiza la grieta que todos los argentinos y las argentinas queremos superar.

En estos tiempos es importante recordar y reconocer las políticas que Perón puso en marcha con una mirada integradora, receptora y revolucionaria, nos permite proyectar un futuro en el que los y las migrantes tengan el lugar que merecen en esta tierra compartida, que es la Patria Grande.

(*) Ex subdirector Nacional de Migraciones