Un viejo Fiat lleno de polvo y hornos incineradores en el lúgubre sótano. Pasillos extraños, miles de fotografías y otros tantos miles de libros. Un observatorio astronómico, un teatro, tres escuelas terciarias. En los siete pisos del edificio ubicado en la esquina de Alem y Gaboto, donde se erige la histórica Biblioteca Vigil, el pasado se mezcla con el presente. Los interesados en conocer más sobre su historia están invitados este sábado a las 10:  habrá un recorrido guiado para conocer su historia, marcada por la última dictadura militar. El que no pueda, que agende: la cita se renueva el último sábado de cada mes. Es gratis y sin previa inscripción.

La Vigil nació como una pequeña biblioteca, idea de un grupo de adolescentes allá por los años 50, quienes socializaban en la vecinal. Pero esa pequeña biblioteca fue creciendo al ritmo de su sello editorial, sus escuelas de los tres niveles, su reconocida rifa, su mutual y llegó hasta tener un museo de Ciencias Naturales.

Hoy, la Biblioteca Vigil es un complejo social, cultural y educativo, con más de 2500 socios activos de los barrios Tablada y Villa Manuelita, quienes se sienten parte del proyecto y aportan a la recuperación y reactivación de actividades.

El recorrido propuesto para este sábado, que lleva algo más de dos horas, será guiado por la historiadora Natalia García, a quien muchos definen como “vigilióloga”, dada su especialización e investigación en el legado de la institución. En diálogo con Rosarioplus.com, la experta adelantó algo de lo que podrá verse en lo que calificó de "viaje vivencial al pasado a través de cada espacio que cuenta parte de su historia”.

Se trata de un doble juego. La idesa es “sorprenderse con lo extraordinario de las cosas que ocurrieron entre sus paredes, y a la vez tener la sensación de cercanía por ser esa biblioteca conocida, de ‘acá a la vuelta’”.

El recorrido comienza en la biblioteca, en el segundo piso, donde se podrán ver imágenes de todas las épocas: de los inicios como institución en 1959 cuando los jóvenes se organizaron, de cuando compraron el terreno y construyeron de a poco el edificio. También imágenes sobre el exponencial crecimiento de sus rifas, con ganancias millonarias y hasta un centro de cómputos. Se podrán conocer los 92 títulos impresos desde su editorial, que comenzó a funcionar en 1966. Se podrá observar el telescopio del observatorio en su terraza, cuyo lente fue profanado y quedó en desuso para siempre. Y, claro, se podrá también disfrutar de una invaluable vista de la ciudad desde la terraza, con el río de fondo.

También durante el tour se podrá conocer la etapa más oscura, con la intervención en 1977. Hubo más de 20 socios desaparecidos, y ocho miembros de su comisión directiva estuvieron presos y fueron torturados en busca de “información subversiva” nunca hallada.

En el paseo por el teatro de su planta baja se podrá conocer más sobre su diseño particular, cuyas instalaciones fueron saqueadas por el Ejército durante los tres años de su intervención, destino que sufrieron también alrededor de 60 mil libros y toda clase de objetos, como los animales disecados del museo, “saqueados hasta el año 2008”.

El recorrido termina en el sótano, espacio que para la historiadora García es un “símbolo del terrorismo de Estado” porque hay indicios de que se trató de un lugar donde se llevaba de manera temporal a personas desaparecidas y detenidas en la dictadura. 

Los tour de la Vigil comenzaron en 2015 de manera eventual. La gran demanda hizo que se volvieran mensuales y, en 2016, se comenzaron a hacer recorridos con escuelas. El éxito de los tours para estudiantes es tanto que “este año el cupo de recorridos se completó en seguida, a pesar de que es una difusión boca a boca”, remarcó la experta. Solo en 2017 más de mil personas conocieron junto a Natalia la historia de la biblioteca.

En "La Vigil", como le dicen cariñosamente los rosarinos, funciona actualmente el sello editorial “que volvió a imprimir y ya tiene cinco títulos”, las rifas volvieron a venderse en busca de aquel esplendor que alguna vez fue nacional, funcionan mas de 20 talleres, con alrededor de unas 800 personas inscriptas este año, y se encuentra la sede de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), y las escuelas terciarias de Teatro y de Realización Audiovisual.