Fue una mañana movida en barrio Ludueña y Empalme Graneros por una serie de allanamientos efectuados por la Policía Federal (PFA) con el objetivo de localizar personas vinculadas al crimen de un adolescente de 15 años cometido el pasado 24 de febrero en un pasillo cercano a un búnker de drogas. Hay siete detenidos, entre los cuales se cuenta el propio padre del chico asesinado.

En total se realizaron nueve procedimientos en domicilios en los que participaron unos 80 efectivos de la fuerza policial y el Grupo Especial de Operaciones Federales (Geof) ordenados por el fiscal de Homicidios Dolosos Adrián Spelta. Como resultado se secuestraron drogas, dinero en efectivo, armas y un artefacto explosivo. 

El fiscal lleva la causa que investiga el móvil de dos disparos que impactaron en el cuerpo de Jesús Rey Abregú a fines de febrero en un precario pasillo de viviendas ubicado en Rubén Darío al 2000, donde comienza Empalme Graneros. Las motivaciones del homicidio no están claras aunque podrían estar vinculadas a la comercialización de estupefacientes. 

Spelta explicó que por la declaración de un testigo, dieron con algunos domicilios en los que se hallarían armas de fuego vinculadas al quehacer delictivo de la zona. "Serían lugares destinados a la venta de estupefacientes y por eso se solicitó la colaboración de Policía Federal", dijo.

Medio kilo de cocaína y un kilo y medio de marihuana fue el saldo del decomiso, además de una carabina, réplicas de pistolas y un mortero de Fabricaciones Militares cuyo origen tendrá que determinar el fiscal.

Los detenidos quedaron a disposición de la Justicia Federal, aclaró Spelta. 

El funcionario judicial reveló que uno de los domicilios allanados es el del padre de Abregú, quien quedó detenido. Su vinculación remite a una intervención en la escena del crimen de su hijo, apenas consumado el homicidio.