El Ministerio de Justicia provincial dispuso este jueves un millón de pesos como recompensa para quien aporte datos decisivos sobre el paradero de Cristian Enrique, el joven que fue secuestrado en una esquina de Cabín 9, en Pérez, hace dos semanas, por un grupo de hombres vestidos como policías. Desde entonces, nada se sabe de este joven de 22 años.

La recompensa se hará efectiva en caso de que los datos sean "útiles, relevantes y decisivos al esclarecimiento" de los hechos o individualizar autores, en el marco de la investigación llevada adelante por la Unidad Fiscal de Delitos de Gravedad Institucional del Ministerio Público de la Acusación. Los datos relativos a la causa deberán ser aportados en la sede del Centro de Asistencia Judicial de la ciudad de Rosario, ubicado en calle Corrientes 2114, precisó la cartera de Justicia en un comunicado.

Cristian Enrique es albañil. Su familia lo busca sin novedades. En la Policía aseguran que no lo arrestaron ni lo tienen detenido. No tenía pedido de captura tampoco.

El 23 de octubre, entre las 14:30 y las 15, un automóvil frenó en la esquina de Las Tacuaritas y El Ceibo, de aquel barrio de la ciudad vecina, adonde Enrique se encontraba junto a su novia. Del auto bajaron tres o cuatro hombres vestidos como policías (no está comprobado que lo fueran), y lo redujeron hasta introducirlo en el vehículo por la fuerza y sin molestarse por la novia de Enrique, que presenció la escena.

Uno de los secuestradores estaba vestido con chaleco de la Policía de Investigaciones (PDI). De manera oficial, todas las unidades policiales consultadas negaron relación con la aparente detención del joven. 

Los únicos dos testigos de la desaparición de Enrique, por el momento, son su pareja, que estaba con él en el momento del secuestro, y un vecino del barrio. En el momento del falso operativo, el muchacho vestía jean azul y remera verde.

Versiones periodísticas recogieron pistas de investigación que relacionan al joven buscado en el secuestro extorsivo del vendedor de autos usados Colián Miguel, de la comunidad gitana. Este secuestro ocurrió el 3 de setiembre, en el establecimiento comercial de Miguel, situado en Crespo y Arijón. Un día antes del secuestro de Enrique, la policía había detenido a cinco personas (entre ellas, un pariente del joven) como posibles involucrados en la captura extorsiva del gitano Miguel.