El asesinato de la joven Lourdes Cantero fue eje este miércoles en la continuidad del juicio contra Los Monos. Puntualmente todo giró en torno a “Monchi”, uno de los líderes de la banda y presunto instigador del crimen ocurrido el 15 de mayo de 2013 en Conscripto Bernardi 6374. Cuatro agentes policiales prestaron declaración ante los jueces y hablaron de “múltiples impactos de bala” contra la vivienda.

La estrategia del fiscal Gonzalo Fernández Bussy fue demostrar que ese inmueble tenía un amplio ventanal por donde ingresó uno de los proyectiles que impactaron en el pecho de Lourdes Cantero, quien murió cuando era traslada al hospital. Uno de los testimonios clave fue el del comisario Rubén Salellas, jefe de la subcomisaría 20 que estuvo a cargo de la investigación y uno de los primeros que llegó a la escena del crimen esa noche, alrededor de las 22.

"Se observaban impactos de bala sobre el frente de la casa, que tiene un amplio ventanal y una puerta que dan a la calle", describió el policía. Añadió que en su interior vio manchas de sangre y que "según los primeros testimonios, la víctima se encontraba viendo televisión y el lugar era un comedor donde había sillas y un sillón".

También aseguró que de las declaraciones proporcionadas por tres de los hermanos de Lourdes, quienes se encontraban en el lugar al momento del ataque, pudo luego allanar varios domicilios de los hombres sindicados como atacantes, pero que no fueron encontrados.

De hecho, en la causa llegó a juicio como instigador "Monchi" Cantero, pero no hubo investigación de los atacantes que, según el comisario Salellas, eran dos personas que pertenecían a una banda del barrio con quienes uno de los hermanos de la víctima tenía rivalidades de vieja data.

Con ese argumento, vinculado a la ausencia de investigación, el abogado del acusado, Fausto Yrure desplegó su defensa e insistió en que "la infortunada muerte de la chica no tiene autores".

En esa línea, cuestionó a la Justicia por "no haber investigado para conocer la verdad" y dijo que, en cambio, eligieron "orquestar una persecución sin escrúpulos" contra su defendido "porque era lo más fácil".

Escuchas

Según las escuchas en las que se basa la parte acusadora y que fueron captadas de los celulares que usaban Los Monos, Machuca le ordenó a un "soldadito" de su banda atacar la vivienda de Bernardi al 6300, donde presuntamente funcionaba un búnker de venta de drogas que la banda consideraba competencia.

De ellas se desprende que el 11 de mayo de 2013, un tal "Gabi" le informa a Machuca acerca de esa situación y le dice: "Viste que tenés la competencia ahí, adonde está el Hernán, del lado del Barrio de la Carne, y que está muy bien instalado".

Machuca le pregunta "¿de quién es?" y el otro le contesta: "No sé si es pariente del Culin, ese pibe, anda en un Focus gris", precisa el interlocutor.

El 13 de mayo, "Gabi" obtuvo la dirección precisa y se la transmite telefónicamente a Machuca, quien llamó al policía Juan Ángel Delmastro, que se desempeñaba en el área de Inteligencia de Drogas, y le preguntó si le sonaba esa dirección.

El policía le dice que no, a lo que "Monchi" le plantea que averigüe "si alguno lo tiene habilitado", porque está cerca del suyo y lo va a mandar "a cerrar".

El 14 de mayo "Tiburón" Delmastro le dice a Machuca que "lo tienen habilitado acá, pero no importa" y lo alienta: "Dale tranquilo".

Siempre según la transcripción de las escuchas, Machuca y "Gabi" acuerdan atacar el búnker competidor y el auto de quien presuntamente lo administra, un Focus gris.

El 15 de mayo "Monchi" llama a su interlocutor y le dice: "Cuchá, ¿podremos hacer eso hoy? ¿No dieron con el auto hoy?", a lo que "Gabi" responde "no, no, pero le vamos a dar… a lo otro, a lo que está ahí solo. ¿Qué decís vos?".

"Tá bien, dale a mansalva nomás", ordena Machuca.

Por el crimen de la adolescente, fue condenado a 6 años y 6 meses de prisión en 2016 Delmastro, como partícipe secundario.