Walter Fabián Cichero escuchó este miércoles, en el Centro de Justicia Penal de Rosario, la cantidad de tiempo en prisión que el fiscal Luis Schiappa Pietra le pidió al tribunal oral por haber asesinado sin miramientos a un hombre, tres años atrás, en barrio Ludueña: 30 años de cárcel, solicitó el fiscal para este hombre que el 10 de junio de 2016 segó la vida de Juan Ramón Aguirre, como desenlace de un fallido robo callejero y trasnochado.

El planteo fiscal sobrevino en la primera audiencia del juicio oral que comenzó este miércoles, a cargo de las juezas Patricia Bilotta, María Isabel Más Varela y Paula Álvarez. 

Cichero y un amigo, Nicolás Gómez, caminaban aquella madrugada esas calles de zona oeste, entre villa La Fanta y Ludueña Sur. Primero intentaron asaltar un camión de reparto de productos lácteos que había estacionado para descargar mercadería en un almacén. Pero los empleados los pescaron justo y ellos optaron por escapar antes de sufrir una paliza.

En la fuga se toparon en Larrea al 500 con Juan Ramón Aguirre y su esposa, que caminaban desde su casa en Tucumán y Aldao hasta la avenida Eva Perón. El hombre acompañaba a su mujer que debía tomar un colectivo para ir a trabajar.  

Cichero y Gómez asaltaron a la pareja, y Aguirre intentó defenderse con un machete que llevaba consigo precisamente para situaciones como esa. Los delincuentes repelieron la reacción, hubo un forcejeo en el cual Cichero sufrió un balazo en el cuello, pero se repuso y asesinó a Aguirre de dos disparos.

La víctima y su esposa habían venido hacía más de 20 años desde Corrientes. Tenían dos hijos. Aguirre era empleado en el cementerio de la Asociación Israelita. Su viuda, empleada doméstica.

Gómez cayó detenido poco después, en el puesto del Mercado de Concentración de Fisherton donde trabajaba. En marzo de este año aceptó su culpa y una condena a 12 años de prisión en juicio abreviado. Cichero, en cambio, llegó hasta el juicio oral. El fiscal compiló como pruebas el testimonio de la viuda de la víctima, quien reconoció a ambos hombres como los asaltantes, y señaló a Cichero como el asesino.

Por ese balazo en el cuello, producto de la refriega con Aguirre, Cichero terminó acudiendo al Heca tres días después, y en la guardia la policìa lo apresó como sospechoso. 

Por su parte, el defensor público Gonzalo Armas solicitó al tribunal que Cichero sea absuelto debido a que no se encontraba en el lugar del hecho del que se lo acusa. Según su teoría del caso, aquel día su defendido estaba tomando una cerveza en la puerta de su casa junto a su hermano y desde un moto en la que iban dos personas que nunca fueron identificadas le dispararon y le causaron la herida en el cuello.

El fiscal descree de esa coartada y ratificó su pedido de pena al tribunal que deberá decidir en sentencia.