Gustavo Monduzzi y Carina Médula recibieron a Peque con 34 días. La Secretaría de Niñez se los entregó de forma transitoria. El matrimonio, con dos hijos adultos, se había anotado a mediados de 2016 en el programa Familia Solidaria, ideado para un breve cuidado --no mayor de 90 días-- durante un proceso de adopción. 

Pero pasaron los meses y Peque se transformó en un integrante más de la familia. El plazo legal de los 90 días se extendió más de la cuenta. Gustavo y Carina cuidaron al bebé durante 16 meses. "Nos dijeron que en el caso de un bebé los plazos de estadía eran todavía menores, de 15 o 20 días. Pasaron 16 meses y Peque eligió a su familia, a su papá, a su mamá y a sus hermanos", relató Gustavo en abril del año pasado cuando tuvieron que entregar a la criatura.  

Peque y sus tres hermanitos biológicos se mudaron a Roldán. Un matrimonio los adoptó a los cuatro. Gustavo y Carina movieron cielo y tierra para que el nene se quede con ellos. Hasta realizaron un planteo de restitución en la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Rosario. Pero no hubo caso. Los "padres solidarios" están excluidos de cualquier adopción definitiva. 

Gustavo llevó su reclamo a los medios de comunicación. La exposición mediática del caso obligó a Oscar Davini, juez de Familia de Villa Constitución, quien autorizó la adopción de los cuatro hermanitos, a explicar la situación: “Yo comprendo el dolor, pero creo hay que apegarse a la norma. Nadie le sacó el niño a nadie", aclaró en aquel momento.

Pasaron los meses y los Monduzzi empezaron hacer el duelo por la ausencia de Peque. En septiembre, una trabajadora social de Niñez le contó a Gustavo que Peque y sus hermanitos estaban institucionalizados en el Hotel Residencial Casa Pueblo, en la zona sur de la ciudad. Habían llegado en julio tras una "adopción frustrada". El matrimonio de Roldán, sobrepasado por la crianza múltiple, pidió al poco tiempo la anulación de la guarda.

Los nenes estuvieron de julio a octubre a cargo de la Secretaría de Niñez. Rosarioplus.com pudo averiguar que desde entonces las criaturas quedaron al cuidado de dos nuevas familias y en nuevo proceso abierto de adopción. Peque y su hermanita (7 años) están en Villa Gobernador Gálvez. Los otros dos chicos (5 y 11) fueron recibidos por una pareja de Rosario.

"Alguien tiene que dar explicaciones"

Los peores temores de Gustavo se hicieron realidad. Peque, con un año y ocho meses de vida, ya pasó por las manos de tres familias y de una institución del Estado. Se lo "quitaron" con el argumento de que iba a tener una mejor vida con sus hermanitos.

"Con nosotros era feliz, había encontrado un hogar. Nos lo quitaron, no nos dejaron adoptarlo de forma definitiva y solo le causaron tristeza y dolor. Tanto el juez como las autoridades de Niñez nos aseguraron que el cambio de vida iba a ser para mejor. Nada de eso pasó. Peque terminó en una especie de hotel que funciona como residencia", denunció.

Y agregó: "El Estado nos dejó a cargo un bebé durante 16 meses de forma irregular. Nos lo sacó y a partir de ese momento no hicieron más que vulnerar sus derechos. Alguien tiene que dar explicaciones por esto". 

Rosarioplus.com se comunicó con la subsecretaria de Niñez, Andrea Travaini, para conocer la versión oficial del caso. La funcionaria negó cualquier tipo de irregularidad, aclaró que "desde hace 15 meses" que los chicos no están bajo la custodia de Niñez y que el proceso de adopción plena seguía su curso. "No tenemos notificación de ningún contratiempo", respondió ante la consulta.

Sin embargo, una trabajadora social de la Secretaría confirmó la estadía de los chicos en la residencia Casa Pueblo, donde trabajó hasta hace algunos meses. "Peque entró muy desmejorado, casi irreconocible, con sobrepeso y con mucha tristeza a cuesta. No se parecía en nada al niño que había visto por fotos en los medios", le contó Carla, acompañante terapéutica, a este medio.

El testimonio del hermano más grande permitió reconstruir la adopción frustrada. "Nos contó que a este matrimonio los superó la situación, que con mucho dolor devolvieron a los chicos", explicó la trabajadora, quien durante esos meses estableció un vínculo especial con Peque. "A la noche lloraba mucho, pedía por su mamá. Con el tiempo se acostumbró al lugar y su estado de ánimo mejoró", agregó. 

Antes de abandonar la institución, los chicos recibieron la visita de los nuevos adoptantes durante algunas semanas. "El vínculo fue bueno. El tema es que está a la vista que el Estado no los cuidó. Se vulneraron muchos derechos. No estamos hablando de un caso aislado. Pasan muchas cosas graves en Niñez", denunció la trabajadora, quien a principio de año renunció a sus tareas en Casa Pueblo tras conocerse un caso de abuso: "Las irregularidades y el ocultamiento son moneda corriente", advirtió.