Industriales y trabajadores plásticos resisten el nuevo status de consumo que rige en Rosario desde este mes, en cuanto a la interrupción del suministro de bolsas de polietileno a los clientes de supermercados. Como era de esperar,  la normativa significa para ese sector un achicamiento sustancial de su mercado.

Los empresarios plásticos indicaron que la ordenanza municipal no prohíbe el uso de las bolsitas, sino que regula su uso con una cantidad precisada (cuatro por cliente el primer año). Así fustigaron el hecho de que “los supermercadistas decidieron no cumplir con una ordenanza vigente que colabora con el medio ambiente, el bolsillo del consumidor y no destruye puestos de trabajo”.

Tal como precisaba Rosarioplus.com días antes de su aplicación, la ordenanza establece que los supermercados realicen una reducción paulatina y transformar progresivamente la costumbre de los consumidores de remplazar las bolsas plásticas tipo camiseta por otras mas grandes negras y naranjas aprobadas por normas Iram, pero desde el 1º de abril los supermercados decidieron no entregar más bolsas del todo.

Sobre esto, el gerente de la Cámara Argentina de la Industria Plástica, Sergio Hilbretch, explicó en diálogo con Sí 98.9 que “al sector le preocupa esta decisión unilateral que va en contra de lo que dispuso la Municipalidad, una normativa de usar racionalmente las bolsitas y hacia una tendencia de reducción”, a la vez que recordó que esta ordenanza también “contribuye con el programa Separe de dos bolsas, naranja y negra, que incitaría a que los clientes de supermercados dividan sus residuos entre reciclables y no reciclables, y ellos dispusieron que directamente no se entregue más ninguna”.

De esta manera, Hilbretch indicó que “para el ciudadano es un perjuicio económico, porque tendrá que comprar doblemente las bolsas plásticas porque los supermercadistas siempre las cobraron porque formaba parte de sus costos, y ahora lo transforma en un producto de góndola”.

En sintonía con los industriales, trabajadores plásticos difundían volantes donde manifiestan su disconformidad y plantean el riesgo de perder sus puestos de trabajo. 

Sobre la resolución de los supermercadistas, el representante de la industria plástica indicó que están en juego 500 familias que pueden perder sus puestos de trabajo, y entre 40 y 50 empresas radicadas en el gran Rosario, ya que “pega de lleno en la producción y replica en el resto de los comercios, que algunos deciden dejar de entregar bolsitas a la par de los supermercados”.

Según el industrial, "están yendo a contramano de lo que se ha dispuesto por el Estado, el camino iniciado estaba bien y los supermercados lo aplicaron mal”.