El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, consideró que “los cubanos deberían tener derecho a votar en elecciones libres”, en una de las frases más fuertes durante su discurso en el Gran Teatro Alicia Alonso como forma de continuar con el deshielo entre ambos países. 

Además, le prometió a los cubanos que seguirá "trabajando" por eliminar el embargo comercial de su país a la isla, cuya decisión depende del Parlamento, y alentó la cooperación entre ambos países sin que Washington "imponga su sistema político" a Cuba.

"Vine a Cuba para dejar atrás los últimos vestigios de la Guerra Fría", afirmó Obama, demostrando las intenciones de darle el último empujón al deshielo entre ambos países tras más de 55 años de distanciamiento. 

Con menciones directas que serán tapa de los matutinos, Obama sugirió que el país conducido por los hermanos Castro promueva una apertura democrática. “La democracia mejora las condiciones de la vida (…) Los cubanos deberían tener derecho a votar en elecciones libres”.

"Los ciudadanos deben ser libres de protestar, de criticar a sus gobiernos, no debe detenerse a las personas que hagan eso. Cada persona debe ser libre de profesar su religión. Y creo que los votantes deben elegir a sus políticos en elecciones libres. Estos derechos humanos son universales".

“La política de aislamiento no estaba funcionando”, consideró ante un teatro repleto, y completó en un español forzado: “El futuro de Cuba debe estar en manos de los cubanos”.

Si bien tuvo un mensaje crítico hacia los gobernantes de la isla, buscó no profundizar diferencias entre ambos países y quiso graficarlo en una frase: “Estados Unidos y Cuba son como hermanos separados”.

 

El anuncio de la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos fue realizado por el presidente Barack Obama en noviembre de 2014. El primer paso para el restablecimiento de sus relaciones bilaterales lo dio Washington al anunciar la remoción de numerosas restricciones al comercio bilateral, los viajes a la isla y la operación de empresas estadounidenses, así como la eliminación de límites a determinados tipos de remesas de dinero. 

Ahora, el presidente dio el puntapié final a un largo bloqueo, que una vez introducido oficialmente en el Capitolio, decidirá el futuro de la relación de ambos países.