“El consumo de drogas no es extraño al paradigma que nos atraviesa como sociedad, donde permanentemente somos incitados a comprar objetos que prometen completarnos como personas”. La reflexión le pertenece a la concejala Carola Nin, a cuento de la muerte de los jóvenes Giuliana Maldován y Lucas Liveratore, el domingo pasado, luego de asistir a una fiesta electrónica en el complejo Punta Stage, de Arroyo Seco, donde habrían ingerido drogas sintéticas que precipitaron su final. El consumo, en resumen, es la clave del planteo de Nin, quien en este marco instó a que el Estado mejore sus controles –como en el caso del tráfico de precursores químicos, insumos para la fabricación de drogas de diseño- y que active verdaderas políticas de prevención orientadas a niños y adolescentes.

“El consumo de drogas es un fenómeno complejo que atraviesa barreras sociales y etáreas a un ritmo cada vez más acelerado. No sirve pensarlo desde la estigmatización social o geográfica, debemos abordarlo desde lo público con diferentes estrategias”, analizó la edila del bloque Compromiso con Rosario.

En este sentido, llamó a “mejorar los mecanismos de control, para los que existen herramientas pero requieren, como mínimo, de mayor firmeza”. Y señaló que en el caso de las drogas sintéticas, “el control debe enfocarse en las sustancias que se requieren para su fabricación”. Por eso recordó que por un proyecto suyo del año pasado, el Ejecutivo municipal debe ahora informar al Registro Nacional de Precursores (Renpre) sobre el manejo de productos químicos en Rosario.

Nin concibe estos casos dramáticos como emergentes de un fenómeno social más amplio, atravesado por el consumo como un placebo. “La sensación de frustración nos hace susceptibles a depender no solamente de sustancias, sino de situaciones nocivas: adicción tecnológica, laboral, alimenticia, a las compras… problemáticas que nuestra sociedad dice atacar, pero al mismo tiempo propicia”, cuestionó.

En este marco, destacó algunas acciones en esa dirección, como el programa Foro para la Prevención de Adicciones, por el cual el año pasado pasaron unos 300 niños de 6º grado de diversas escuelas de Rosario, organizados en diez talleres, encuentros en el recinto del Concejo y acciones culturales. “El eje de trabajo es advertir que el narcotráfico es una maquinaria perversa a la que no le interesa el futuro de los chicos, y que ellos tienen un arma poderosa para resistir: decir no”, señaló.

En resumen, la concejala Nin advirtió: “El poder que enfrentamos es enorme y destructivo, y su alcance nos lastima todos los días, En el caso del Estado, esta problemática debe dejar de ser un simple lema de campañas aisladas para pasar sí o sí  a ser  el objeto de una permanente y sostenida política pública en favor del futuro. Seguramente, una política de prevención y reducción de daños con el Estado como actor central. En definitiva con políticas de salud pública, educativas y culturales. ¿Quién si no el Estado?