La Cámara de Apelaciones en lo penal de Rosario resolvió tener por desistida la acción penal contra dos de los principales imputados en la llamada Megacausa de maniobras delictivas con propiedades inmuebles mediante estafas y lavado de activos. Sin más posibilidades de recurrir, después de dos años se pone punto final a la situación procesal del agente bursátil Jorge Oneto y el gerente del diario La Capital, Pablo Abdala.

En agosto pasado, el Ministerio Público de la Acusación (MPA), con anuencia de la Fiscalía Regional, dispuso en el tribunal de primera instancia un acuerdo con los implicados y la víctima, y de esta forma ellos podrían eludir el juicio oral. Se trató de un compromiso de restituir el campo en cuestión a la víctima y entregar bienes y sumas de dinero en dólares.

Esta salida –acordada con la conformidad de la damnificada Ana Josefina Luppi, viuda del camarista Ernesto Navarro– fue presentada bajo la figura de un principio de oportunidad con el que Fiscalía desistiría de la acción penal una vez cumplido lo pactado.

Pero a principios de septiembre, el tribunal de primera instancia conformado por los jueces Héctor Núñez Cartelle, Hernán Postma y José Luis Suárez rechazó este pedido, y calificó de incoherente el acuerdo y de reducir al estrado en un simple y mero homologador. Este jueves llegó la apelación a la sala del juez Daniel Acosta quien terminó resolviendo como había solicitado el MPA, explicaron Oscar Romera y Jorge Ilharrescondo, abogados defensores de Oneto. Además en el dallo resuelve "sustracción de materia en apelación", es decir, no da más lugar a intervención judicial.

Hace exactamente dos años, los fiscales Sebastián Narvaja -entonces, al frente de la unidad de Delitos Complejos y Económicos– y Valeria Haurigot habían acusado a una decena de personas por asociación ilícita, por haberse apoderado de un campo en Villa Amelia y otras propiedades en Rosario a partir falsificar documentos registrales y escrituras.

Los dos imputados que evitaron el juicio estaban señalados por formar el eslabón "blanco” de esta presunta asociación tras apropiarse del mencionado campo de 124 hectáreas al sur de Rosario. El inmueble pertenecía a la familia del fallecido camarista Navarro y tras una primera venta con un poder apócrifo, fue pasando de manos como forma de introducirlo en el  circuito legal. Entre los que negociaron el campo estuvieron Marcelo Jaef, actualmente con prisión domiciliaria, y Leandro ‘Lelo’ Pérez.

Oneto siempre se defendió argumentando que compró el campo de buena fe. Finalmente, el acuerdo entre las partes llegó. El operador bursátil ofreció una reparación del daño, primero restituyendo el campo a la dueña y luego abonando una suma de unos 200 mil dólares como compensación. Por su parte, Abdala le entregaría a la damnificada la mitad de un departamento con cochera en el lujoso edificio Aqualina (Alem y San Luis) y una oficina céntrica, más una suma en dólares, según pudo averiguar Rosarioplus.com.