La pérdida del poder adquisitivo obliga a los rosarinos a recortar algunos gastos, y el transporte escolar de los niños es uno de ellos. Para evitar la fuga de pasajeros, los prestadores del servicio de traslado de alumnos pierden rentabilidad y mantienen la tarifa con pequeñas actualizaciones. 

"Las tarifa se aumentó, con respecto a diciembre pasado, en un 15 por ciento. Más no se puede porque se baja la gente", afirmó Omar Calzia, presidente de la Cámara de Transportistas Escolares de Rosario, en diálogo con Rosarioplus.com.

Según comentó el chofer, las altas que se registraron en la lista de pasajeros de este año no pudieron equilibrar las bajas que se dieron con respecto al 2018. "La cantidad de chicos es de normal para abajo", dijo.

"Todos los papás que tenían hermanitos, que al pagar por tantos chicos se hace un monto considerable, se han bajado", indicó el transportista y agregó: "Están buscando otras opciones para acomodar sus economías".

El servicio completo - ida y vuelta al establecimiento educativo - tiene un piso de 3 mil pesos, dependiendo del horario, el colegio y la distancia; un valor que está muy por debajo del costo que arrojó el estudio de costo (3800 pesos). 

"Hay compañeros que están tratando de hacer otro tipo de viaje, para lograr más ingresos, pero tampoco nos dan los horarios", advirtió Calzia y volvió a remarcar que "se trabaja por debajo de lo que se tendría que cobrar".

El presidente de la Cámara de Transportistas Escolares de Rosario anticipó que si el vehículo sufre una rotura importante, la falta de rentabilidad provocaría un cese del servicio. "En 2017, a dos compañeros se les rompió el motor y no lo pudieron arreglar; así que tuvieron que dejar", comentó.

"Hay gente que está cobrando mucho menos para no perder los viajes, pero después se refleja en la calidad", señaló el transportista y concluyó: "Está difícil el tema, pero no sólo en nuestro rubro".