El gobernador Miguel Lifschitz recogió el guante con ganas y se la devolvió al ministro de Energía de la Nación, Javier Iguacel, quien después de oficializar un nuevo aumento de las tarifas de energía eléctrica, cargó contra la Empresa Provincial de la Energía (EPE) por los costos de distribución.

“Es bastante cómico, aumentan las tarifas de la Nación y le echan la culpa a la provincia. No tienen argumentos, no tienen cara", soltó con cara de pocos amigos el mandatario santafesino.

El flamante ministro de Energía había arrojado: “¿Cómo se explica que un cordobés y un santafesino paguen el doble que en Buenos Aires? Por las empresas distribuidoras de Santa Fe y Córdoba y no por el precio mayorista de la energía”. Y luego una chicana: "Espero que los gobernadores tengan la inteligencia de no seguir aumentando el costo de la distribución”.

Esto hizo saltar la térmica del gobernador, en un contexto de por sí caldeado tras la filtración en la prensa de los exorbitantes sueldos de los directivos de la EPE y la falla en la estación de Transener en Pérez que dejó al sur provincial a oscuras, ambos situaciones tildadas de “operaciones” por la propia empresa y parte del socialismo.

“Es inexplicable, no tienen argumentos, no tienen cara, pero lo vamos a seguir explicando. (…) Hay una intencionalidad manifiesta de tratar de responsabilizar a las provincias de las políticas de ajuste que está implementando el gobierno nacional”. 

El aumento, ¿se traslada a la boleta?

“El aumento se va a trasladar, no en la misma proporción, vamos a ver de qué manera logramos el menor impacto posible en la franja de usuarios residenciales de menores recursos, y en la franja de usuarios comerciales e industriales del sector de la pequeña y mediana empresa, el más vulnerable".