La sospecha del guardia de seguridad privada del frigorífico Paladini de Villa Gobernador Gálvez no falló. Le pidió a dos operarios que abrieran sus bolsos, tal como establece el reglamento interno de la empresa, y se encontró con algunos embutidos que los trabajadores se estaban llevando sin permiso.

Dos salamines cada uno. Ese fue el botín que para el empleado de seguridad fue motivo suficiente como para llamar a la policía. Ambos empleados terminaron demorados un buen rato en la comisaría. 

Todo ocurrió el martes a la hora de salida de uno de los turnos. El personal de seguridad tiene autorización de requisar a los empleados si lo cree necesario. Esta práctica que puede calificarse como invasiva encontró a dos empleados que habían sustraído los embutidos. 

A los pocos minutos, se hizo presente el Comando Radioeléctrico que terminaron llevando a los empleados a la comisaría 29ª donde quedaron demorados, y hasta se dio parte a la Fiscalía en turno.