Rita tiene 93 años y un objetivo claro para este 2020: conocer a sus bisnietos españoles. Para cumplir con su anhelo, tuvo que acudir a un transporte marítimo, ya que la trombosis en una de sus piernas no le permite viajar en avión, y subirse el pasado 3 de marzo al crucero Costa Pacífica que la dejaría en el puerto de Barcelona. Aunque el viaje parecía sencillo, la aparición del coronavirus transformó el placentero viaje en una verdadera odisea.

"Hace cuatro o cinco años mi tía vino a visitar a su madre, porque estaba enferma, y después no volvió más. Por eso, hace un año, mi abuela empezó a planificar este viaje en barco para ver a sus nietos y conocer a sus bisnietos", comentó Soledad, nieta de Rita, en diálogo con Rosarioplus.com

Según explicó la joven, la anciana de 93 años solía viajar a España cada seis meses, pero la formación de un coágulo en el interior de un vaso sanguíneo de su pierna la inhabilitó para volver a trasladarse de forma aérea. Por lo tanto, Rita estuvo varios años sin visitar a su hija de 70 años, y a todo su familia catalana, hasta que encontró la opción de tomar un crucero transatlántico. 

"La idea era que mi mamá la acompañara en el barco, se vuelva en avión en mayo, y después mi abuela regrese en el mismo crucero en noviembre y con mi tía", comentó la rosarina.

El crucero Costa Pacífica partió el 3 de marzo, con alrededor de 3.000 pasajeros argentinos, brasileños y uruguayos, desde Buenos Aires, con destino final Génova (Italia). Tenía que hacer escalas en Río de Janeiro, Salvador de Bahía y Maceió (Brasil); en Tenerife y Barcelona (España); y en Marsella (Francia).

Pero antes de llegar a la isla de Tenerife, España prohibió la entrada de cruceros a sus puertos y el barco en el que se trasladaba Rita con su hija Susana (65 años) quedó a la deriva.

"Se desató todo (pandemia) cuando estaban en medio del océano Atlántico y por eso el barco no podía volver", relató Soledad y recordó: "El 3 de marzo salió el barco y todavía no estaba declarada la pandemia, es más, en España no creían que le iba a llegar y nos decían que estaba todo bien".

Luego de varios días de incertidumbre sobre el destino del crucero, el capitán del barco anunció que este jueves los pasajeros volverán a tener contacto con tierra firme en Marsella, ciudad puerto del sur de Francia.

"Los familiares no quieren que los pasajeros vayan a hoteles donde se puedan contagiar, quieren que haya un cordón sanitario", comentó la joven, que se sumó a un grupo de WhatsApp donde se informan las novedades del viaje. 

En cuanto al ambiente que se vive a bordo del buque, Soledad dijo: "Le acreditaron 300 euros a cada uno para usar en el barco en estos días, como compensación por la situación que están viviendo". "Hay incertidumbre porque cambia todo el tiempo. Solo funciona internet para redes sociales, no tienen tanta idea de lo que sucede", indicó.

Aunque el navío arribaría a Marsella este jueves, la odisea de Rita para conocer a sus bisnietos todavía tiene un capítulo más, el traslado terrestre hasta Cataluña.

"La empresa se haría cargo de trasladarlas a Barcelona, ya sea en colectivo o tren", señaló la joven y comentó que sus familiares se encuentran en cuarentena, por lo que tendrían que solicitar un permiso especial para recibir a Susana y su madre.

"Mi madre y abuela son hipertensas y con factor de riesgo, pero están tranquila porque confían en la empresa", concluyó la rosarina, que espera ansiosa la foto de su abuela junto a sus nietos y bisnietos.