Los relevamientos oficiales y los no oficiales coinciden en el diagnóstico: durante la cuarentena se agravaron los casos de violencia de género por las condiciones de vida en el encierro. En tanto la cantidad de femicidios continúa siendo alarmantemente alta más allá de las medidas para prevenir y acompañar a víctimas de violencia de género, disidencias y a familiares que impulsan los distintos niveles del Estado.

Los llamados al 144 por casos de violencia de género aumentaron un 40 por ciento desde el comienzo de la cuarentena, pero no todas las víctimas se animan a realizar la denuncia formal después. Por eso, la de Agustina y sus tres hijos es una historia de valentía. 

Ella tiene 29 años, vive en Fisherton con sus hijos, y en los últimos siete años estuvo en pareja con un hombre que la engañaba y le mentía. Hasta el pasado 28 de abril no le había levantado la mano, porque ella le dejaba en claro que si lo hacía lo denunciaría y se separarían. Pero una pelea -nuevamente originada por los engaños-, lo cambió todo: Agustina fue ahorcada y quedó casi inconsciente. Ese episodio marcó un quiebre, y su vida y las de sus hijos cambiaron a partir de la denuncia que se animó a hacer a pesar de la cuarentena y el contexto global.

“En octubre supe que él me engañaba desde hacía años, y él me negaba todo, a pesar de que esta otra mujer me mostró hasta fotos de un viaje de los dos de vacaciones. Yo le creía siempre a él, me decía que ella era una psicópata. Me tenía dominada con sus mentiras, y yo quería creerle, porque si era verdad que me engañaba, prefería separarme. Me convenció invitando a toda la familia este verano a unas vacaciones en la costa, y aunque lo intentamos, yo ya no creía en su palabra”, relató Agustina a Rosarioplus.com sobre los meses previos a la agresión.

Fue cuando volvieron de sus vacaciones que ella le planteó separarse, y él comenzó con las amenazas de quedarse con su hija menor (la única de los tres que es hija de él). Pero estalló la pandemia del coronavirus en Argentina, “y pensé entonces que podía pasar la cuarentena con él y después separarnos tranquilos, porque no puedo estar con un tipo en el que ya no confío”, recordó.

Las discusiones se agudizaron, ella se quiso separar y él comenzó a acusar a Agustina: “Me decía ‘seguro que tenés otro macho’, y no me creía cuando le decía que no, y la amenaza era dejarme sin dinero para pagar las cuentas. Y de nuevo vi mensajes de otra mujer y me volvió a amenazar que se iba a llevar a mi hija”.

 

Un antes y un después

El 28 de abril la discusión subió de tono y Agustina desafió a su pareja. “Le dije dale, llevate a la nena, y no supo qué decirme, y para que se fuera, fui hacia su auto y le tiré la pava sobre el capot”. Entonces él la golpeó varias veces, y con las manos al cuello la arrastró desde la cochera de la vivienda hacia su cuarto.

En medio de la violenta escena uno de los hijos preguntó qué pasaba. “Nada, estamos jugando”, fue la respuesta del hombre, que ahora se disponía a presionarle el cuello sobre la cama. Agustina por un rato cree que perdió la conciencia, y fue entonces que él la soltó y pudo respirar.

Cuando ella se reponía, el hombre fue a ver cómo había quedado su auto abollado, y ella entonces llamó al 911. La ayuda llegó a los pocos minutos y el hombre quedó detenido esa misma noche.

Entonces Agustina declaró en la comisaría todo lo sucedido, y al día siguiente hizo la denuncia en la Fiscalía. El hombre salió de su detención, fue a buscar su auto, y le dio a Agustina su juego de llaves de la casa. Entonces le dijo: “Nunca tuve una causa penal, ahora por tu culpa tengo prontuario”, pero la mujer le respondió que era por su propia culpa, no de ella.

La red de contención

Los primeros días un resabio del temor permanecía en el hogar, y su hijo, el que vio el ahorcamiento, soñó varias veces que el hombre aún vivía allí y que gritaba. 

“Tenía que ir al Instituto Médico Legal a que me revisen los forenses el cuello, y tenía miedo, así que me llevó mi cuñado”, recordó la joven, que tuvo dolores y fiebre durante algunos días.

Agustina y sus hijos contaron con la red de contención de hermanas y cuñados, de amigas, y de la asistencia y experiencia de Nora Giacometto, una trabajadora incansable de la ciudad en asistir a víctimas de violencia de género, y coordinadora de la ONG Ampliando Derechos.

“Ahora estoy mejor, más contenta que él no está en casa. Tuve miedo, pero me ayudaron”, finalizó la valiente madre de familia del barrio Fisherton.

Qué hacer

Si conocés a alguien o padeces situaciones de violencia, podés llamar al 911, al 144, al Teléfono Verde, a la Fiscalía al 0800 444 0420 ó al (0341) 156100100, al mail fiscaliadedenunciasros@justiciasantafe.gov.ar en caso de residir en Rosario. También se puede denunciar de forma online en el MPA. En el mismo sitio web se puede descargar una app.

No será necesario que la víctima se traslade a la comisaría a diligenciar la medida dispuesta por el tribunal o juzgado, ya que la misma será remitida por la Oficina de Asistencia de las Víctimas de Violencia Doméstica y de Género a la autoridad policial mediante correo electrónico o WhatsApp.

También se puede denunciar enviando un mensaje de WhatsApp dispuesto por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación. Con la palabra "hola" al número de la línea directa +54 9 11 2771-6463, se activa un procedimiento para que personal interdisciplinario especialmente capacitado evalúe los riesgos y puedan guiarlas a través de un protocolo.