Un grupo de transportistas escolares acudieron al Concejo municipal para pedir en la comisión de Servicios Públicos una prórroga ante el vencimiento de la licencia de sus vehículos. Lo argumentaron con la difícil situación que atraviesa el sector, la disminución de pasajeros transportados y tasas crediticias inalcanzables como para intentar la renovación de sus utilitarios. 

"Los vehículos tienen 15 años de uso, y si no tomaste medidas en ese tiempo para cambiarlo se complica", indicó Omar Calzia, presidente de la Cámara de Transportistas Escolares de Rosario, en diálogo con Rosarioplus.com.

Según explicó, el pedido de prórrogas en la renovación del vehículo se realiza de forma personal y pueden durar entre seis meses y un año. Una vez vencido ese plazo, si el modelo del automóvil no fue cambiado, "se cae la chapa".

Los representantes de cinco transportistas le comentaron a los ediles de la comisión de Servicios Públicos que ante la falta de trabajo y las altas tasas de interés que establecen los bancos, se hace imposible cambiar una unidad. Por su parte, los concejales se comprometieron a analizar la situación del sector.

"Las tasas están caras, pero la tenés que pagar si se te vence la prórroga. Algunos tomaron precauciones y sacaron planes con tiempo", señaló Calzia y comentó: "Hay mucha gente que tiene vehículos viejos y especula con las prórrogas para poder seguir laburando".

Sobre la situación del sector, el presidente de la Cámara de Transportistas Escolares de Rosario dijo: "Si aumentás mucho los precios, los clientes buscan alternativas como turnarse con otros padres o llamar a remiserías truchas que te cobran dos mangos. Cuando la economía anda bien estas cosas no se ven".

"Se han bajado algunos clientes a lo largo del año, o pasaron al medio viaje, y uno la tiene que ir apechugando. No es momento de cambiar el vehículo, porque nosotros no podemos pedir subsidios", afirmó Omar.

La tarifa del servicio completo (ida y vuelta al establecimiento educativo) tiene un piso de 2100 pesos por persona, mientras que el medio viaje arranca en los 1500. A lo largo del 2018, el incremento del abono no llegó al 40 por ciento y se realizó de forma escalonada. 

Al terminar el ciclo lectivo, los transportistas sufren la pérdida de pasajeros que sólo se recupera con los chicos que concurren a las colonias de vacaciones. "Mitad de diciembre; enero y febrero trabajamos con las colonias, pero nos baja mucho el ingreso porque son menos turnos y se cobra menos. Si no estás bien acomodado durante el año, se complica en el verano", señaló Calzia.