Esta semana la Municipalidad clausuró los bares Stop in Brasil y Kika, luego de que un control de agentes de inspección realizado durante el fin de semana pasado detectara a los asistentes de ambos locales bailando.

Se trata de otro síntoma de una ordenanza que pide a gritos que la aggiornen, ya que el problema que tienen los centros culturales es la falta de denominación específica de su rubro, y desde hace dos años buscan que la norma sea actualizada y que los contemple.

Las clausuras de estos dos reductos nocturnos son por diez días y sus dueños deberán pagar multas remunerativas para volver a ser habilitados, como ya ha ocurrido en años anteriores.

Ignacio Gorriz, representante del espacio El Espiral detalló a Rosarioplus.com que detrás de estas dos clausuras “no hay denuncias de vecinos, y son lugares con más de 15 actividades artísticas y culturales por mes, y muchas personas trabajando”.

Aunque sean espacios donde habitualmente por su tipo de actividades se realizan bailes, Gorriz explicó que “los bares tenemos prohibido habilitar el baile, aunque se hace complicado no hacerlo por nuestros objetivos, que no son comerciales sino culturales”.

En la apertura de sesiones del Concejo la semana pasada, los miembros del ECUR se manifestaron para que la nueva ordenanza sea tratada, y también se reunieron con la Comisión de Cultura, donde “hubo unanimidad con los concejales sobre la urgencia de avanzar”.

Ahora, los espacios deberán esperar que esta comisión realice un dictamen favorable y se envíe a la comisión de Gobierno, para que luego, con mayor consenso previo, tenga un despacho favorable en el debate general. “Los concejales nos escucharon y reconocieron que los espacios culturales no tenemos una dinámica empresarial”, especificó el encargado de El Espiral.

Por otra parte, el ECUR busca un diálogo efectivo con el Poder Ejecutivo municipal, por lo que se reunirán con el secretario de Cultura Guillermo Ríos y el subsecretario Federico Valentini en las próximas semanas.