El remolino Uber, que en menos de un día generó una polémica inusitada con los taxistas, recibió un freno por parte de la municipalidad de Rosario quien de movida dijo que no sería posible que el sistema se establezca en la ciudad por el momento. “No están dadas las condiciones de homologación en la ciudad para Uber”, explicó la secretaría de Transporte y Movilidad, Mónica Alvarado.

Quienes pueden ponerle un freno son justamente las autoridades municipales encargadas de regular la actividad del transporte público. Y eso es lo que reclaman desde los gremios que nuclean a los titulares y choferes de taxis antes de que la aplicación en poco tiempo desembarque en la ciudad y pueda comerle una porción de la actividad. Como dijo Alvarado, “el debate es la regulación”.

“La aplicación está desregulada, porque hoy nuestra legislación no lo permite. Hay que entender que el personal está regulado, tiene un convenio de trabajo, tributan. No están dadas las condiciones de homologación en la ciudad para Uber”, dijo Alvarado.

Por ahora la app no desembarcó en el país, aunque ejerce presión para hacerlo primero en Capital Federal donde los taxistas se manifestaron en contra este lunes por la noche. En Rosario los taxistas se plantaron de movida.

El sistema opera en 400 ciudades de 63 países, pero siempre arrastró problemas: en París, luego fuertes protestas, sus ejecutivos fueron detenidos y recién están negociando; en Madrid fue prohibida pero es posible que se adapte a algunas normas específicas para poder operar, al igual que sucedió en México. Rosario está por verse, aunque la polémica está asegurada.