Un repaso por las tres noticias de la semana analizadas con una lupa. Un sindicalista resbaloso para los políticos y la justicia rosarina. Alertas de una transición que empieza a prender. Una buena para los usuarios de colectivos que llega en el fin de ciclo.

Juárez, el Demogorgon

La detención del sindicalista y empresario portuario, Herme Juárez cerró perfecto el modelo de embestidas del gobierno nacional contra las “mafias”: un sindicalista millonario, atornillado a un cargo y extorsionador. O al menos les cerró casi perfecto.

Es que, si bien lo utilizó como la representación del monstruo al que la sociedad debe enfrentar y mandarlo a otra dimensión como en la serie Stranger Things, Juárez ha sido una figura políticamente versátil que ha tocado -y sacado fotos- con todos, incluso el macrismo.

El patrón del personal portuario del cordón industrial fue clave en la gesta del gobierno de Mauricio Macri para sacarse de encima al también sindicalista portuario Omar "Caballo" Suárez que monopolizó la estiba de los barcos. Juárez acordó con funcionarios nacionales y los puertos privados modificaciones al régimen y mayor apertura para bajar costos. El ministro de Transporte Guillermo Dietrich le agradeció públicamente con acto y placa.

Otra observación es que la causa federal se originó en un juzgado federal de Campana y no en uno de Rosario como se podría haber pensado por la cercanía, más allá de la competencia del actuante. “Muchos dicen que hay que combatir las mafias y cuando hay que hacerlo no lo hacen. Parece que dicen ‘aceptemos esta realidad y convivamos’”, reflexionó la ministra. 

El PJ se ataja del déficit

La transición del mando provincial empieza a tomar color y generar una tenue discordia respecto a las finanzas de la provincia que por ahora queda envuelta en la cortesía. Aún no se sabe si, llegando al traspaso, el justicialismo expondrá con intensidad al gobierno saliente. Lo cierto es que el justicialismo empieza a sentirse gobierno y no quiere asumir en desventaja. Y si lo hiciera podría llegar a jugar la carta de transferir responsabilidades como tantos gobiernos han hecho.  

Ahora el PJ puso en discusión el déficit fiscal. Luego de que, semanas atrás, el justicialismo pidiera abrir las cuentas públicas para saber con qué estado de situación contable se encontraba, el rojo provincial se mencionó con fuerza en la reunión entre las partes.

El justicialismo entiende que los pasivos son mayores a los estimados y por las dudas hizo públicas sus reparos como forma de tener cierto respaldo al asumir. “Pedimos que sean prudentes y garanticen el funcionamiento del Estado en lo que resta de este ejercicio y fundamentalmente del siguiente”, dijo sin filtro el exsenador y coordinador de la transición, Rubén Michlig.

Claramente el principal problema es la caída de la recaudación que eclosiona con la decisión socialista de mantener el nivel de ejecución del gasto. “En algún momento eso hace crisis”, dijo Michlig. Por el contrario, el ministro de Economía provincial rescató que no se hayan cortado los gastos: “Nosotros sostenemos la obra pública, el 82% móvil y no hicimos recortes”.

Trasbordo tardío

El martes la intendenta Mónica Fein sorprendió a primera hora con un anuncio comentado pero no esperado: el nuevo sistema de Tarifa Horaria en el transporte público de Rosario. Luego de semanas de poca exposición pública por el aún espeso aire dentro del socialismo derivado de la derrota electoral y las consecuencias de la misma, el anuncio no se comunicó con antelación y se hizo casi en voz baja.

Vale aclarar que el sistema de transporte urbano es un tema espinoso para el Ejecutivo local y hasta ha sido eje de campaña por la oposición. Los últimos incrementos de la tarifa por parte de la propia intendenta, a través de las facultades que le proporcionó el Concejo, tuvieron un impacto negativo sin recepción por parte delos usuarios de las justificaciones que brindó el oficialismo.

Pero lo sorpresivo también es que la medida ahora sí fue recepcionada medianamente con buenos ojos por los usuarios partiendo de la base que es efectiva, más allá de que no soluciona ni por asomo las falencias del sistema. Sin embargo los tiempos no fueron los mejores elegidos para dicha aplicación y resultó ser apenas un bálsamo -cuanto no menos una oportunidad desaprovechada- tanto para la gestión como para los pasajeros.