Ni el murciélago, ni la serpiente, ni un ave, el intermediario para que el coronavirus llegue a poner en alerta al mundo es el pangolín. El pequeño mamífero conocido por sus escamas y amenazado de extinción, podría ser un animal clave en la transmisión al hombre del nuevo virus, que ya ha provocado la muerte de más de 630 personas en China.

Investigadores de la universidad de Agricultura del sur de China identificaron al pangolín como un posible "huésped intermedio" que facilitó la transmisión del virus, dijo la universidad en un comunicado, sin dar más detalles.

"Este último descubrimiento será de gran importancia para la prevención y control del origen (del virus)", ha señalado en un comunicado la Universidad de Agricultura del Sur de China.

Desde un principio se pensó que la transmisión a humanos del coronavirus de Wuhan tiene relación con la compraventa y el consumo de animales salvajes. Supuestamente originado en un murciélago, los expertos afirman que hubo un "animal intermediario" entre esos mamíferos y las personas. La investigación apunta a que ese eslabón intermedio es el pangolín.

Según ha informado la agencia estatal china Xinhua, las secuencias del genoma de la nueva cepa de coronavirus aislada en pangolines “resultaron en un 99% idénticas a las de las personas infectadas, lo que indica que los pangolines pueden ser un huésped intermediario del virus de acuerdo con el estudio". 

El animal, que alberga el virus sin estar enfermo, puede transmitirlo a otras especies. En el caso del nuevo coronavirus se trata probablemente del murciélago. Según un estudio reciente, los genomas de este virus y los que circulan en este animal son idénticos en un 96%.

Pero el virus del murciélago no puede fijarse en los humanos receptores y debe sin duda pasar por otra especie para adaptarse al hombre, lo que se llama "huésped intermedio". Este nuevo virus apareció en diciembre en un mercado de la ciudad china de Wuhan, en el centro del país, donde se venden muchos animales, algunos de ellos salvajes.

En la epidemia del SRAS, entre 2002 y 2003 en China, también causada por un coronavirus, el huésped fue la civeta, un pequeño mamífero cuya carne es muy apreciada en China.

China anunció a finales de enero y con el fin de contener la epidemia, una prohibición temporal del comercio de animales salvajes. Durante un tiempo aún indeterminado estarán prohibidos la cría, transporte y venta de todas las especies salvajes.

El pangolín

Cada año se comercian ilegalmente en Asia y Africa 100.000 pangolines, una especie más codiciada por los traficantes de animales salvajes, que la prefieren al elefante o rinoceronte, según la ONG WildAid.

Su carne es muy apreciada por los sibaritas chinos y vietnamitas y sus escamas, huesos y órganos usados en la medicina tradicional asiática.

En 2016, la Convención internacional sobre el comercio de especies salvajes amenazadas de extinción introdujo el pangolín en una lista que prohíbe su comercialización, pero según las ONGs, pese a esta medida, el tráfico ilegal de esta especie ha seguido aumentando.