Pasó el séptimo fin de semana largo del año y el balance tiene dos caras. En cuanto a la cantidad de turistas los números son positivos, pese a que los pronósticos climáticos inestables pudieron jugar en contra. Las ventas, sin embargo, cayeron en todo el país. Y Santa Fe no fue la excepción.

En la provincia la actividad fue buena, similar al año pasado, pero las ventas se mantuvieron en baja como en la mayoría de las localidades argentinas. Rosario y Santa Fe capital fueron las ciudades más concurridas, con buenos niveles de ocupación, aunque siguen cobrando relevancia lugares del interior de la provincia. Según informó la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (Came), el costo promedio por día en la provincia rondó los 600 pesos.

A nivel nación, se notó que hubo muchos turistas buscando reservas para el verano, especialmente en la Costa argentina, donde las familias salieron en busca de mejores precios que los ofrecidos a la distancia.

Aproximadamente el 50% de los turistas se concentraron en la Provincia de Buenos Aires, seguida por Córdoba. El resto se dispersó por Entre Ríos, Mendoza, Salta, Tucumán, Misiones, Santiago del Estero o la Patagonia, aunque en mayor o menor medida, todas las provincias recibieron visitantes durante el fin de semana.

Las familias fueron muy prudentes en sus decisiones a la hora de gastar. Muchos buscaron el mejor precio posible. Por eso las ventas se mantuvieron en promedio 5% por debajo del mismo fin de semana del año pasado (medidas en cantidades).

Nuevamente quedó en evidencia el crecimiento del “turista excursionista”, que va a pasar el día a ciudades cercanas (generalmente, no más de 150 kilómetros), que también generan gastos y movilizan a las economías regionales. Se estima que entre traslado, comida y demás gastos cada excursionista desembolsó un promedio de 200 pesos, dependiendo la distancia y el motivo del viaje.