En una jornada particular marcada por el aislamiento obligatorio, el Tribunal Federal de Rosario compuesto por los jueces Lilia Carnero, Aníbal Pineda y Eugenio Martínez, condenó por streaming a prisión perpetua a seis ex policías del servicio de inteligencia de la última dictadura cívico militar, por delitos de lesa humanidad contra 188 víctimas. Por primera vez se incluyeron delitos sexuales.

Fue el fiscal federal Adolfo Villate y los querellantes como la abogada Ana Oberlin quienes habían solicitado sumar delitos de violencia sexual sufridos por las mujeres en el centro clandestino de detención que funcionaba en el Servicio de Informaciones de la policía provincial, a manos de José Rubén Lofiego y Mario Alfredo Marcote. El hecho sienta jurisprudencia para juicios de lesa humanidad a futuro.

Además de Lofiego y Marcote, fueron condenados a prisión perpetua Ramón Rito Vergara, Ramón Telmo Alcides Ibarra, Ernesto Vallejo y Carlos Antonio Scortechini.

En tanto otros cuatro ex agentes fueron condenados a entre 16 y 22 años de cárcel efectiva. El de menor sentencia es Lucio Nast, el único que cumplía domiciliaria dese hace un mes, cuando Casación le había concedido ese beneficio.

Para Julio Fermoselle y Héctor Gianola los fiscales requirían 25 años de prisión, pero las condenas resultaron de 18 y 22 años respectivamente. Para el acusado Eduardo Dugour, habían pedido 24 años y resultaron ser 22.

Cabe destacar que se encontraban procesados Eugenio Zitelli, Daniel González, Ovidio Olazagoitía y Carlos Altamirano, pero fallecieron durante el proceso, por lo que se declaró extinta la acción penal en su contra.

La reflexión de los jueces

En el comienzo de la lectura de la sentencia la jueza Lilia Carnero afirmó: “La vida es sociedad jamás puede dejar de ser democrática”. 

En su comunicado tras el veredicto, el tribunal federal destacó que "ésta sentencia debe servir como reparación histórica a las victimas enumeradas en el veredicto, contra quienes se encuadraron de forma coordinada casi todas las instituciones en aquella nefasta época de la historia de nuestro país".

Llamaron además "a una reflexión de autocrítica como sociedad, por haber permitido que se llegase a tal extremo de barbarie e irracionalidad, para que en el futuro no se repita (...) y para recordar a diario que la vida en sociedad jamás puede dejar de ser democrática, plural, inclusiva y tolerante de la divergencia y opinión contraria".