La disminución de facultades mentales afecta a la memoria, el lenguaje, el sentido de orientación y la capacidad de comprensión, razonamiento, juicio, cálculo y aprendizaje. Se produce como resultado de una serie de enfermedades y lesiones que afectan al cerebro -como el Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares- y se convierte en una causa importante de invalidez y dependencia entre las personas mayores.

¿Se puede prevenir el deterioro cognitivo que avanza con la edad y tener buena calidad de vida? Investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario consideran que sí y esta campaña es para informar y alertar acerca de los factores de riesgo así como brindar recomendaciones.

La Organización Mundial de la Salud considera al deterioro cognitivo como un problema de salud pública en rápido crecimiento que afecta a 50 millones de personas en el mundo, a los que se suman unos 10 millones de nuevos casos cada año.

Con el objetivo de visualizar este flagelo que va en crecimiento así como también aconsejar para prevenirlo o en su caso transitar lo mejor posible, se organizó esta tercer campaña contra el deterioro cognitivo. Se trata de una actividad de extensión universitaria de la Facultad de Psicología y del Laboratorio de Cognición y Emoción de la Facultad de Psicología, con Mauricio Cervigni y Pablo Martino a la cabeza.

Dirigida a todas las personas adultas de Rosario, la cita es durante toda la semana de lunes a viernes, hasta el 11 de octubre de 9 a 17 en la Plaza San Martín, donde estudiantes avanzados de Psicología realizarán algunos test para evaluar el estado cognitivo actual de los que se acerquen de forma gratuita.

Este test brinda un resultado tentativo, con una idea aproximada sobre si existe alguna anomalía. Al cuantificar un posible deterioro, si el número está por debajo de lo que se espera de acuerdo a la edad y la escolaridad, se sugiere una exploración más completa por un profesional idóneo, es decir un psicólogo o médico dedicado a la neuropsicología.  La prueba permitirá a los investigadores de la UNR hacer un trabajo de campo y contar con mediciones más detalladas.

¿En qué consiste el test? En simples pruebas vinculadas a la memoria, la atención y algunas funciones ejecutivas asociadas a la corteza prefrontal que tiene una raigambre evolutiva. Entre ellas, poder hacer una buena planificación,  ser flexibles cuando la estrategia para enfrentar un problema es ineficaz y hay que alternar con otra mejor o tener una buena lectura emocional de situaciones específicas. Estas funciones disminuyen cuando se empieza a notar el deterioro cognitivo. La prueba permite discriminarlas y brindar un panorama del estado mental general.

Las condiciones de vida como factores de deterioro

“Las funciones cognitivas son procesos mentales vinculados a la actividad cerebral, muy importantes para interactuar con el entorno, comunicarnos, hacernos entender, comprender al otro, en definitiva, para vivir con autonomía e independencia”, afirmaron los profesores Mauricio Cervigni y Pablo Martino.

Los psicólogos explicaron que a medida que pasa el tiempo las funciones cambian y en algunos casos mejoran, como por ejemplo la memoria a largo plazo, pero hay otras que comienzan a menguar. El deterioro empieza con pequeños indicios de fallas en la vida cotidiana que a lo mejor la persona no percibe pero sí los que lo rodean y se lo marcan: “Te estás olvidando de las cosas”, “estás pasando por alto cuestiones importantes”. Son indicadores subclínicos que pueden pasar desapercibidos si no los analiza un especialista.

Forman parte de los factores de riesgo dormir mal, tener una deficiente alimentación y el estrés. Otra variable común en la tercera edad es el sentimiento de soledad que muchos perciben aunque vivan con alguien. “Está comprobado que este estado genera un deterioro acelerado”, afirma Cervigni. Y resalta el concepto de salud que contempla lo biopsicosocial: “Tratamos de concientizar sobre la vinculación entre estar bien física, mental y emocionalmente cuando hablamos de salud”.

Alguns tips de prevención del deterioro cognitivo

-Ejercitar la mente de forma amplia a través de juegos de ingenio, de mesa, crucigramas, leer, escribir.

-Hacer ejercicios físicos de forma sistemática.

-Mantener una dieta saludable, de tipo mediterránea: rica en verduras, frutas, pescados que aportan omega 3 y antioxidantes.

-Descansar bien, entre 7 y 8 horas de sueño

-Regular el estrés, tener un registro de lo que ocurre emocionalmente y cuando la situación y las exigencias desbordan, consultar con un profesional idóneo.

Mauricio Cervigni es investigador del Conicet y docente de “Práctica Profesional Supervisada A”. Pablo Martino es investigador y docente de “Biología Humana”. Ambos fundaron y dirigen el  Laboratorio de Cognición y Emoción de la Facultad de Psicología de la UNR y el Centro de Investigación de Neurociencias de Rosario.