El concierto de Guns N' Roses volvió a desnudar las falencias del poder Ejecutivo a la hora de controlar el trabajo de los cuidacoches, un actividad informal que creció y se enquistó en muchos puntos geográficos de la ciudad. La problemática forma parte de un debate mucho más amplio que el Concejo deberá encarar ni bien comiencen las sesiones ordinarias de 2017: la forma en la que debería prestarse el servicio de estacionamiento

La concesión de la empresa Tránsito Rosario S.A, que desde 2008 administra el sistema, finalizará en junio, por lo que los ediles deberán definir los pasos a seguir de un política clave en el ordenamiento del tránsito. El oficialismo pretende continuar con un servicio privado. Semanas atrás envió los nuevos pliego al recinto para una futura licitación. Parte de la oposición, en cambio, quiere que el municipio tome las riendas de la administración.

Este debate de fondo desencadenará en una segunda discusión que también divide aguas: qué hacer con los trapitos. La postura más radical la tiene el PRO, que pretende prohibirlos. En la vereda de enfrente se ubican los tres concejales de Ciudad Futura con un proyecto que "mata dos pájaros de un tiro": un modelo municipal de estacionamiento medido con los cuidacoches como "fiscalizadores".  

A grandes rasgos, se trata de un programa similar al que ya funciona en la ciudad de Mendoza, en donde el Estado y los trabajadores se dividen las ganancias del sistema. No se modifican las zonas donde en la actualidad se paga para estacionar (más de 500 cuadras), ni se desfinancia al Estado ya que no se altere la actual recaudación. El cambio se centra en el rol y en el papel de los cuidacoches.

Los trabajadores habilitados para la actividad serán inscriptos en un registro municipal, que les permitirá tener a su cargo la venta de "Tarjetas de Estacionamiento" y el cuidado de todos los automóviles de una determinada cuadra, la cual se asignará mediante un sorteo público. La idea es que los cuidadores compren las tarjetas a mitad del precio que fije el Concejo. La diferencia será su remuneración mensual, en base a lo que generen.

"Estamos de acuerdo con el fin del estacionamiento medido privado que es desalentar el uso de autos en el centro, eso está bien. Pero lo cierto es que hoy los rosarinos pagan sin la contraprestación de un servicio. Nosotros propusimos unir variables. Municipalizar el servicio y que sean los cuidacoches los que presten el servicio de cuidado, que la mitad de la tarifa sea para los trabajadores y la otra mitad vaya a las arcas del municipio", explica el concejal Pedro Salinas, uno de los impulsores de la iniciativa, en diálogo con Rosarioplus.com

Este año, según cuenta el edil, en el Concejo no hubo predisposición para discutir ni una cosa (estacionamiento medido), ni la otra (cuidacoches). "A las apuradas se prorrogó la actual concesión por doce meses y no mucho más. Lo que nosotros planteamos es que si queremos pensar una ciudad más justa y equilibrada con políticas de Estado que resuelvan cuestiones estructurales no podemos volver a discutir estacionamiento medido y cuidacoches como variables separadas", plantea Salinas.  

En el plano discursivo, algunos de sus colegas volvieron a insistir con "prohibir" a los trapitos. "En primer lugar, es impracticable una política de prohibición que propone el PRO. Es negar y no hacerse cargo del fenómeno. El Estado no puede seguir negando a este sector social", reflexiona. 

Respecto a cómo se prohibirá el trabajo de los trapitos, Salinas asegura que el PRO nunca argumentó ni detalló su propuesta. "Tiran títulos por los medios de prohibir pero no dicen cómo. Buscan el golpe de efecto, pero no argumentan nada sólido. Es descabellado porque lo que se pretende prohibir es un fenómeno social innegable. Es más, de llevar adelante un prohibición, para nosotros se fomentaría la conflictividad social", agrega.  

En el medio del debate se ubica el oficialismo que, en su opinión, tiene una postura "displicente" porque no pueden colocarse del lado de la prohibición", pero tampoco "quieren ganarse un problema" en medio de una política de control "más que ineficiente". 

Salinas destaca que el proyecto que proponen no es "abstracto ni utópico", dado que una experiencia similar funciona en Mendoza con mucho éxito.  "Está claro que estamos hablando de otra escala de ciudad, pero se hizo un sistema de división de ganancias, mitad para los cuidadores, para los trabajadores, y mitad para el municipio. Tan aceitado está el sistema, que se aumentó el precio del estacionamiento medido para elevar el salario en una especie de paritaria indirecta. Por eso decimos que es un sistema practicable", subraya.

El bloque de Ciudad Futura propuso aprovechar la prórroga de la concesión para, por ejemplo, implementar una prueba piloto en el centro comercial a cielo a abierto de Alberdi, donde los comerciantes conviven desde hace más de 20 años con la mayoría de los cuidacoches. "Lamentablemente chocamos contra una pared. El oficialismo no tuvo la voluntad política de avanzar ni un poquito en este sentido".