La carga del trabajo doméstico no remunerado, la exigencia de más calificaciones a la hora de ocupar un trabajo, la falta de acceso a los derechos laborales básicos y la brecha salarial entre hombres y mujeres continúan siendo factores que hacen a la tan nombrada desigualdad de género. Así lo indica el informe de marzo "Feminización del cuidado y brecha salarial en el Gran Rosario", realizado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz.

Los números son contundentes. Los datos del tercer trimestre de 2019 muestran que en el Gran Rosario la brecha salarial es del 35%. Mientras que los varones tienen un ingreso promedio de $30.147, el de las mujeres es de $19.690.

 

Es decir que, aún cuando las mujeres logran insertarse exitosamente en el mercado laboral, aquellas tareas a las que típicamente acceden, no les permiten estar económicamente a la par que los varones.  

El número surge de la división entre el salario promedio de las mujeres sobre el de los varones. A ese cociente, se le resta la unidad. Por eso, cuanto mayor el resultado, mayor la desigualdad.

El achicamiento de esta brecha es una cuenta pendiente. Si bien en los últimos años la distancia entre los salarios promedios se achicó, hace más de 25 años que la diferencia está siempre por encima del 20%.

"Como resultado de esta inserción diferenciada al mercado laboral, la libertad económica de las mujeres se ve restringida. Resulta por tanto fundamental, visibilizar la problemática y cuantificar las diferencias para desarrollar políticas que vayan en contra de estas desigualdades" destacan en el informe difundido.