El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, logró zafar del pedido de destitución en su contra con una votación parlamentaria que exhibió una fractura en el fujimorismo, su principal adversario interno, y de inmediato trató de capitalizar ese éxito con un llamado a la reconciliación nacional.

Después de que el pleno del Congreso de Perú rechazó anoche despojarlo de la jefatura del Estado por un caso de corrupción, Kuczynski aseguró que "hoy empieza un nuevo capítulo" en la historia de su país.

Tras una sesión de más de 13 horas, la moción con el pedido de vacancia (destitución) solo obtuvo 79 votos a favor, cuando la ley peruana indica que necesitaba del apoyo mínimo de 87 de los 130 legisladores. Se contaron, además, 19 votos en contra y 21 abstenciones por lo que el pedido fue archivado y Kuczynski seguirá al frente de la Presidencia.

Kuczynski estaba acusado por el Congreso de Perú de ocultar trabajos de consultorías de su empresa Westfield Capital a Odebrecht. Por ese trabajo la constructora brasileña pagó más de 782.000 dólares entre 2004 y 2007, período en el que Kuczynski era ministro en el gobierno de Alejandro Toledo.