Invitado por la ONG Red Nacional Antimafia para participar de un congreso sobre crimen organizado, el juez federal N° 3 de Rosario, Carlos Vera Barros, habló de una “retórica legitimizadora del narcotráfico” que utiliza el Estado para “ocultar su ineficacia o su complicidad” en esta problemática. Señaló que hay un “sello distintivo” en Santa Fe que une de manera estrecha la persecución del delito con una estigmatización que, en teoría, atenta contra la imagen de la provincia. “Al que persigue al narcotráfico se lo trata como un enemigo del pueblo”, se quejó.

El apellido Vera Barros apareció en letra de molde en diarios locales y nacionales por la investigación que terminó con la detención y el procesamiento de Hugo Tognoli, ex jefe de la policía de Santa Fe. Actualmente, en su juzgado se tramitan muchas de las causas abiertas en la ciudad sobre el tráfico de drogas.

El magistrado participó este jueves del cuarto Congreso de la Red Nacional Antimafia que se llevó a cabo en la sede de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Su disertación se centró en desentrañar los tópicos que utiliza el poder político para no hacerse cargo de la “inacción o la complicidad” con el narcotráfico.

En primer lugar, se refirió a algunas frases muy arraigadas cuando se habla de esa temática. Dijo que el Estado se suele excusar en que se trata de un “fenómeno internacional”, de que “la lucha está perdida” o que el narcotráfico es una problemática exclusiva de la seguridad y de exclusiva competencia federal.

“Al ligar al narcotráfico únicamente con la seguridad se deja de lado el tema de la vulnerabilidad social. La exclusión es el caldo de cultivo del narcotráfico”, subrayó. Y agregó: “Y cuando se dice que se trata de un delito federal se quita la responsabilidad de la prevención que corresponde al poder político de las provincias”.

Luego, describió una retórica “propia de Rosario y Santa Fe” que estipula que “hay que tener cuidado al hablar de narcotráfico para no estigmatizar”. “Parece que aquel que denuncia al narcotráfico está evitando que venga el turismo, está evitando que vengan las inversiones, está asustando a la gente o está siendo injusto con la ciudad o la provincia. Es el argumento del consuelo de tonto”, razonó.

El juez federal mencionó al “ajuste de cuentas” como otra frase arraigada entre los actores del Estado al hablar del narcotráfico. “Cuando se mata se habla de un ajuste de cuentas. Es un argumento con un racismo residual muy grande. Es muy iluso pensar que los delincuentes se matan entre sí y eso no afecta a la sociedad. Estos crímenes dan cuenta de una clara lucha territorial, lo que es el primer paso al retroceso del Estado en esa zona”, explicó.

Por último, hizo eje sobre otro “tópico legitimizador”: la tolerancia al lavado de dinero. “Es básicamente la tolerancia a un capital que genera inversiones y trabajo, por lo que conviene olvidarse del origen espurio del dinero. Es llamativo como algunos quieren hacer la vista gorda sobre el blanquero del capital”, concluyó.