El gobierno español inició el procedimiento legal que permitirá la exhumación de los restos de Francisco Franco del polémico Valle de los caídos, el complejo monumental donde está enterrado el dictador desde su muerte en 1975.

El lugar es objeto de polémica desde hace décadas, sin que haya acuerdo en el debate sobre qué hacer con él ya que la presencia del cadáver de Franco le hace ser un símbolo de la dictadura al complejo. Por eso el Ejecutivo español aprobó un decreto que modifica la Ley de Memoria Histórica de 2007, para evitar que eventuales recursos puedan hacerla descarrilar.

La familia Franco tendrá un plazo de quince días para decidir dónde quiere trasladar sus restos y, en caso de que no se pronuncien o lo rechacen, será el propio gobierno quien fije su destino definitivo a otro lugar "digno y respetuoso", explicó.

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que "es inasumible" para un democracia mantener a un dictador en una "tumba de Estado" junto a sus víctimas y dijo que "quien no quiera verlo no lo ve". 

"Un país que mira al futuro debe estar en paz con su pasado. Vamos a exhumar los restos de Franco con todas las garantías y escuchando al resto de grupos parlamentarios. El Gobierno actúa con serenidad para devolver la dignidad a las víctimas del franquismo y a la democracia", indicó el jefe del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez.

El Valle de los caídos

A su muerte en 1975, tras encabezar un régimen dictatorial tras una cruenta guerra civil (1936-39), Francisco Franco fue enterrado en un lugar preferente del Valle de los Caídos, complejo monumental que ordenó construir en la sierra a unos 50 kilómetros al norte de Madrid, dominado por una enorme cruz, y cuyo mantenimiento costó los últimos cinco años cerca de dos millones de dólares.

Construido por presos políticos republicanos que hacían así trabajos forzados, el lugar acoge los restos de miles de víctimas de la guerra civil, tanto del bando franquista como de la República, que en 1936 era el sistema político legal en España. Alberga los restos de 33.847 personas que fallecieron durante la guerra civil.