En las primeras horas de la mañana el gobernador Miguel Lifschitz encabezó reuniones en la sede de Gobierno de Rosario con los gabinetes de Seguridad y Desarrollo Social para analizar los cuatro homicidios que se dieron en las últimas 24 horas, donde se planificaron acciones a llevar adelante ante el recrudecimiento de los niveles de violencia en la ciudad.

De la reunión participó el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, el secretario de Seguridad, Omar Pereyra, y el secretario de Desarrollo Social Jorge Elder.

Es que el jueves santo fue una jornada dura que se llevó cuatro vidas entre la madrugada y la noche, elevando los índices habituales de homicidios de la ciudad, los que de todas formas eran índices elevados.

El primer homicidio fue el de Martín Alberto Vera, un hombre que tomaba mate con su vecino en la vereda en Castellanos y Dr. Riva durante el miércoles antes de medianoche, y marcó el tono de una jornada de elevados niveles de violencia con ataques de armas de fuego con resultados terminales.

El ataque que terminó con la vida del taxista Mario Esusy fue el primero del jueves, en las primeras horas de la madrugada, causando una paralización del movimiento habitual de la ciudad con el paro de los taxistas como medida de protesta, en reclamo justamente de políticas de gobierno para brindar mayor seguridad en las calles.

Luego personas conocidas del joyero Miguel Angel Gómez lo ultimaron con un puntazo de arma blanca en el cuello y se dieron a la fuga de su local, donde no se sustrajo nada y se descartó el móvil de un robo.

El último homicidio fue el de una joven, Soledad Sotelo que fue ultimada en Alsina al 2800 por dos presuntos motociclistas que iban en una moto haciendo maniobras peligrosas.