La caída del consumo sumó otro mes de descenso sostenido, y mayor preocupación en los comerciantes que ven un sombrío panorama ante el enfriamiento de la actividad.

La Asociación Empresaria de Rosario (AER) divulgó este lunes las principales conclusiones de un relevamiento desarrollado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came). El informe indica que el mes de julio finalizó con una caída de 5,8% de variación interanual respecto de las ventas minoristas de los comercios pymes. 

La economía en ese sector acumula una baja de 3,2% en el volumen de ventas registrado en los primeros siete meses del año. Se trata de la peor caída anual en 20 meses. Y la crisis no distingue rubros: todos marcaron un desempeño negativo respecto a lo que vendieron en julio de 2017.

De un mes para otro, los pequeños y medianos comerciantes vendieron en julio 0,8% menos que en junio. Para los entendidos, esta baja es significativa, habida cuenta de que julio, con las vacaciones de invierno, suele empujar las ventas y traccionar el consumo general. No ha sido así esta vez. 

El comunicado de la AER interpreta que, finalmente, "el mercado de consumo acusó la caída en el poder adquisitivo, y si bien hubo muchas ofertas y liquidaciones, no alcanzó para contener la baja". El análisis prosigue: "El dólar, más quieto, fue un dato positivo, porque evitó que la gente destine su liquidez a comprar divisas, pero las tarjetas cargadas y las pocas oportunidades de cuotas sin interés retuvieron al consumidor".

El informe de Came es de orden nacional, y marca que las caídas más fuertes del consumo se dieron en las provincias de Salta, Jujuy, Chaco, Tierra del Fuego, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y Ciudad de Buenos Aires, con bajas mayores a 10 % en el promedio de los rubros relevados. Las ciudades de frontera se vieron menos perjudicadas porque el tipo de cambio más alto desactivó compras a países vecinos.

Así también, las vacaciones de invierno, donde viajó más gente que el año pasado y gastaron más de $21 mil millones, ayudaron a frenar el impacto negativo. Pero se notó la menor liquidez en la calle, porque el gasto turístico se orientó a hotelería, gastronomía, transporte, cultura o recreación, postergándose para ello las compras de bienes como indumentaria, electrodomésticos, calzados, muebles y otros rubros, donde las bajas en las ventas fueron acentuadas, examinaron los observadores de Came.

En julio sólo el 23,2 % de los comercios consultados tuvo alzas anuales en sus ventas (en junio 24,3 %, en mayo 25,8 % y en abril el 32,8 %). En cambio, el 69,1 % tuvo variaciones negativas y el 7,7 % se mantuvo sin cambios.

Para los próximos meses el panorama esperado por los comercios no es muy alentador. Sólo el 37,5 % de los empresarios consultados cree que las ventas repuntarán, mientras que el 37,3 % no espera cambios y el 25,2 % sostiene que continuarán cayendo.

En julio hubo varios agravantes para la actividad comercial. Uno fue el incremento en la venta ilegal en todo el país, según subrayaron.