Referentes del sector rural argentino mostraron este martes su preocupación ante la sugerencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) al Gobierno de aumentar los impuestos a las exportaciones del campo. Tildaron esa posibilidad de "completamente anormal" y aseguraron que tendría un efecto "devastador".

La Sociedad Rural Argentina, la Federación Agraria Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coniagro) celebraron un acto este martes para conmemorar el décimo aniversario del fin del severo enfrentamiento entre el sector agrario con el entonces gobierno de Cristina Fernández (2007-2015).

En una entrevista previa con EFE el presidente de CRA, Dardo Chiesa, destacó que el Gobierno actual tiene una política de "puertas abiertas" con el sector, aunque señaló que afrontan otro problema después de que el FMI recomendase paralizar la reducción gradual de retenciones a exportaciones de soja implementada por Mauricio Macri tras su llegada al poder, a finales de 2015.

En ese sentido, el dirigente rural lamentó que algunos funcionarios y legisladores de la oposición estén debatiendo esta posibilidad porque, a su juicio, "tendría un efecto devastador sobre una Argentina que esta pro-exportadora".

Además, consideró que "sería una señal muy mala" porque supondría un cambio en las "reglas de juego" por segunda vez en menos de tres años de gestión.

Con él coincidió quien fuera presidente de la Federación Agraria Argentina en 2008, Eduardo Buzzi, quien calificó de "completamente anormal" la recomendación del FMI y agregó que el organismo "no es la verdad relevada en el Monte (Sinaí) a Moisés".

"Lo que nosotros le estamos pidiendo al presidente es que no rompa el contrato político que tiene con los productores", insistió Buzzi.