“El asado, un ritual que nos define. La comida es la excusa. Este momento incluye a amigos, familiares y un sinfín de historias”. La cita aparece en el portal de la Secretaría de Turismo de la Nación. Intenta dar cuenta de la importancia que tiene en el país la tradición gastronómica que se elige para compartir una mesa con los seres queridos.

A la frase le faltaría hoy un asterisco con la aclaración de que se trata de un ritual cada vez más prohibitivo. Es que el 2019 arrancó con incrementos exorbitantes. En Rosario, el asado de tira subió un 27% en los primeros sesenta días del año. En diciembre el kilo se conseguía a un promedio de 199 pesos. La última semana de febrero la cifra trepó a 254, en el mejor de los casos. Y en algunas carnicerías el kilo de costilla ya pasó de $300.

El dato surge al comparar las últimas tres planillas de Instituto de Producción de la Carne Vacuna de Argentina (Ipcva). El incremento con el listado de dos años atrás -febrero de 2017-supera el 120%. En aquel entonces el kilo de asado no pasaba de los 115 pesos.

Los 24 cortes relevados arrojan aumentos arriba del 20%. Los precios se estabilizaron en los primeros días de marzo, aunque no se descartan nuevas subas al finalizar el mes. De esta manera, la carne rondaría un 30% de incremento solo en el primer trimestre del año. 

Vale recordar que entre 2017 y mitad de 2018 el precio promedio al consumidor de los cortes más solicitados como el asado, vacío, nalga y carne picada tuvieron un movimiento menor al promedio de los bienes de la canasta básica.

Sin embargo, desde mediados de 2018 -y en particular en los últimos meses- los precios se dispararon.

En febrero -última medición-, los distintos cortes de carne vacuna mostraron, en promedio, alzas significativas del 14,8% respecto de enero, y del 68% en la comparación interanual.

“Los precios de la carne vacuna tuvieron alzas significativas, del (+16,6%), en febrero de 2019, con respecto a enero, en los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto. En los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio, los precios mostraron alzas también significativas, aunque más atenuadas, que resultaron del (+12,9%); mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios mostraron subas de gran magnitud, que resultaron de un (+17,3%)”, reza el informe de Rosario de Ipcva.

El relevamiento va en sintonía con el que mes a mes realiza el Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumido (Ceyac). En diciembre, una familia tipo rosarina de clase media destinó 3.366 pesos para la compra de carnes. En enero el monto subió a 3.786 (+12,5%). Y en febrero a 4.155 (+9.73).

Basta repasar la evolución de los precios de diciembre hasta hoy para tomar dimensión de la magnitud de los aumentos. En dos meses, el kilo de bife angosto pasó de 181 pesos a 225 pesos; la bola de lomo de 198 a 248; la picada especial de 166 a 206; el vacío de 218 a 269; y las hamburguesas caseras de 173 a 209 pesos.

Ni los cortes más económicos como la falda, el osobuco o la picada común se salvaron de los fuertes incrementos. En los tres casos, arriba del 24%.   

En los últimos días, el ministro de Producción, Dante Sica, reconoció que el precio de la carne está fuera de control. Anticipó que junto a la Secretaría de Comercio Interior se "analizará y se trabajará" en aspectos "estructurales que permitan suavizar estos incrementos". No obstante, la Casa Rosada aún no hizo ningún anuncio concreto para, aunque sea, atenuar los impactos de semejantes incrementos.

Para José García, el titular de la Asociación de Carniceros de Rosario, el aumento de estos últimos días se debe, básicamente, a una “menor oferta”. Hay menos producción en un contexto de mucha inflación.

Las ventas cayeron en lo que va del 2019 y los consumidores se van de los mostradores con la resignación de que la plata “ya no alcanza ni para el asado de los fines de semana”.

“El 2016 y 2017 fueron años de pocos aumentos, menores a la inflación. La tendencia cambió a mediados del año pasado y ahora el aumento es muy importante”, le explicó a Rosarioplus.com

La única buena noticia es que los carniceros no recibieron nuevos aumentos durante los primeros diez días de marzo. “Necesitamos que los precios bajen y se estabilicen para retomar el nivel de ventas”, señaló García.

De igual forma, no descartan nuevos aumentos en el corto plazo. “Los bolsillos de los consumidores no dan más”, admitió el dirigente gremial.

Con los precios actuales, un asado para cuatro personas (familia tipo) ya supera los mil pesos. El ritual gastronómico por excelencia de los argentinos pasó de una tradición bien popular a una comida casi de lujo.