El Ministerio de Trabajo provincial clausuró este jueves un establecimiento rural de la localidad de Pérez luego de detectar que dos trabajadores, oriundos de la provincia de Misiones, desarrollaban tareas en condiciones precarias y eran explotados por más de diez horas diarias. Entre otras cosas, se encargaban de fabricar ladrillos y ni siquiera contaban con una pileta para lavarse las manos.

Los dos obreros explicaron a los inspectores que habían llegado al establecimiento rural donde se les había prometido condiciones laborales mejores que las que tenían en su provincia. Sin embargo, de acuerdo a lo constatado oficialmente, "vivían y trabajaban en precarias condiciones".

La inspección realizada por el área de salud y seguridad de la cartera laboral santafesina detectó "paredes sin revocar y ventanas sin aberturas" y que "los baños tenían letrinas y no contaban con pileta para el lavado de manos".

"Además, consumían agua de pozo, no apta para consumo humano", se informó. Los inspectores no pudieron acreditar el pago de salario y los trabajadores explicaron que su jornada laboral "era de 10 a 13 horas diarias".

Entre otras tareas, se encargaban de la fabricación de ladrillos, manejo de maquinarias, camiones y montacargas, limpieza, corte de pasto y albañilería.

"La suspensión del establecimiento se debió a que se constató riesgo para la vida y salud de los trabajadores por falencias en la instalación eléctrica en la totalidad del establecimiento, riesgo de caída en altura, falta de agua para consumo humano, y ausencia de elementos de higiene personal".