En Rosario crece la movida de los food trucks, los puestos que ofrecen distintos tipos de comidas y que se ubican en puntos estratégicos de la ciudad. Y no es nada extraño encontrarse con multitudes agrupadas frente a ellos para hacer una pausa en los paseos y comer algo rico. Su instalación es posible si se cumple con cierta serie de requerimientos, pero según la concejala Fernanda Gigliani eso pasa poco.

En 2015 el Concejo dio el visto bueno a la llegada de los food trucks. El proyecto apuntaba a dar una respuesta a la alta demanda de alimentos sanos, económicos y de calidad, diferenciándolos de los tradicionales “carritos” de comida rápida. Los modernos camioncitos debían ser atendidos por  cocineros y chefs calificados, que con limitaciones para poder llevar adelante la apertura de un comercio gastronómico, a modo de restaurante, por los excesivos costos que esto implica, encontrarían en los food trucks una herramienta laboral genuina con una inversión no tan alta.

Para Gigliani, “muchas de las unidades habilitadas, en forma permanente, son sucursales de comercios gastronómicos ya instalados en la ciudad, y que cuentan con una carta alimentaria que dista mucho de lo originalmente planteado”

La edila también se quejó porque, a su entender, en casi todos los camiones de comida sólo se ofrecen hamburguesas, papas, panchos, pizzas y milanesas. Nada saludable como se aspiraba en un comienzo.

“Otro punto que nos llamó la atención es la precariedad de algunas de sus instalaciones. La ordenanza y el decreto que los reglamenta, consignaban que estas unidades debían ser alimentadas con energía limpia a través del tendido eléctrico público o a través de generadores que se instalaban para tal fin. En realidad hoy observamos que la totalidad de unidades habilitadas lo están haciendo  a través de improvisadas conexiones de gas envasado” comentó Gigliani.

La concejala, a través de un pedido de informes, solicitó saber la nómina de titulares, indicando en cada una de las unidades habilitadas identificando al titular que posee la formación en gastronomía; cómo se lleva adelante la regulación de la oferta alimentaria “gourmet” en cada unidad y si se observa la diversidad dentro de la totalidad. También reclamó respuestas por el cambio de alimentación de energía; acerca de la rotación de todos los puntos geográficos establecidos en la normativa; y si las unidades que utilizan sus vehículos como un medio de publicidad móvil en la vía pública, abonan un cánon.