En el Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb) están preocupados. No sólo por la fuga de los hermanos Lanatta, sino también por “la impericia del Estado para restringir el ingreso, la fabricación, el consumo y la salida de drogas de nuestro país”. El secretario general del gremio se quejó porque en el país no existe una política antidroga, mientras ciertos empresarios “se llenan los bolsillos con dinero sucio”.

La denuncia del Safyb es grave. El sindicato afirmó que entre 2004 y 2008 se autorizaron 250 nuevas droguerías que terminaron abasteciendo a narcotraficantes, y aunque en su mayoría no cumplían con las exigencias reglamentarias obtenían la habilitación para importar y vender todo tipo de drogas y precursores, porque habían aportado dinero a campañas políticas.

“Aunque algunos de estos falsos empresarios están presos, otros siguen llenándose los bolsillos con dinero sucio”, señalaron desde el gremio en el comunicado firmado por el secretario Marcelo Peretta.

“La prohibición de ingresar Efedrina que dictó Anmat en 2008 no terminó con el problema. Existen alternativas farmacéuticas como Pseudoefedrina, Adrenalina y Loratadina, incluidas en fórmulas de medicamentos antigripales y antialérgicos, con las que se sigue produciendo éxtasis y otras drogas sintéticas”, denunció el dirigente gremial. Aclaró que actualmente hay 18 marcas de remedios que contienen esas drogas y, lo peor, es que esos productos se venden libremente en kioskos, supermercados, gimnasios y páginas web.

Peretta entiende que el dinero de las drogas permite comprar voluntades “por eso urge una solución política para el problema”. Y en Argentina, opina, eso no está a la vista.

“Una verdadera y adecuada política debe asegurar en cuántos productos terminados se convierte cada miligramo de sustancia química ingresada al país, y quienes los elaboran, prescriben, dispensan y consumen. La tecnología lo permite, pero debe haber decisión política”, sentenció el sindicalista.