La diferencia entre el importe que recibe el productor agropecuario y lo que paga el consumidor final aumentó un 10,7 % en diciembre. Los datos aportados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), arrojaron que los precios en góndola fueron en promedio 4,75 veces lo que recibió el productor, durante 2017.

El Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora la Came en forma mensual, mide la diferencia promedio entre el importe desde el campo a la góndola para 25 alimentos agropecuarios específicos. Durante diciembre, el aumento se dio por la fuerte variación de precios respecto del mes anterior, en productos como la pera (4,62 veces más), manzana (3,54 veces más), calabaza (2,95 veces más) y zapallitos (1,26 veces más).

Además, 15 de los 25 productos registraron una distorsión que los coloca en un tipo de brecha de “alta” a “muy alta”. Mientras que los 10 productos restantes tuvieron desproporciones “medias” y “bajas”. Ninguno tuvo una variación que catalogue como “Muy baja”

Desde septiembre se venía registrando una tendencia descendente, lo que implicaba mejores valores para los productores sin un impacto en el consumidor final. Con el aumento durante el último mes del año, la brecha quedó en un promedio de 4,75 veces durante 2017.

Por su parte, el aumento de la brecha redujo a un 25% la participación promedio del productor en el precio final del alimento. Los productos que menos retribuyeron al productor en relación al costo del cliente fueron la pera (8,1%), la manzana roja (9,2%) y la calabaza (13,1%); mientras que los productos en donde más reembolsa el agricultor son la papa (47,6%) y el huevo (44,5%).